viernes, 28 de julio de 2017

POESÍA: LOS LÍMITES DEL INFINITO

Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos la nueva entrada que lleva por título: Poesía, los límites del infinito.



Poesía, los límites del infinito.Francisco Acuyo



POESÍA: LOS LÍMITES DEL INFINITO





La naturaleza de la infinitud en poesía se delimita singularmente en el constructo métrico del verso y del poema. Plotino expresa la delimitación de la infinitud –en matemáticas a través del punto, nosotros en las unidades métricas: acentos, pies métricos…- precisamente en su relación armónica entre dos infinidades de dichas unidades, que son en realidad límites que no hacen sino reconocer la naturaleza de su infinitud, y es que, lo que en realidad tratamos de delimitar con el límite es precisamente el infinito, por lo que no podemos sino reconocer que  no hay algo entre lo finito e infinito que pueda acoger la naturaleza del límite.[1]

                Como vimos en entradas anteriores, la potencialidad y la capacidad del límite del punto en matemáticas[2], puede emparentarse con los elementos esenciales rítmicos del verso (sílabas, acentos, pies métricos…), si es que estos son precisamente límites eufónico expresivos que poseen lo ilimitado, ya que lo mismo que el punto en geométrica para la matemática verdadera, estos elementos rítmicos han de hallarse de manera necesaria en la verdadera poesía.

                La magia y la fascinación de la poesía proviene acaso de la aplicación aritmética de su estructura rítmica que es, además, temporal. Los límites del tiempo son susceptibles de subdividirse ad infinitum en la conciencia, con la peculiaridad de que esa sucesión infinita es imposible de limitar en un período determinado de tiempo. Extraordinaria paradoja. Sí, esta es la más genuina paradoja de la poesía en tanto que se vierte con una exactitud matemática en su estructura (la poesía, como ciencia de la paradoja) para dirigirse creativamente a los inmarcesibles reductos del infinito de los que bebe como genuino poder creativo[3]. Por eso en poesía el tiempo es conciencia y se vierte como una suerte de corriente quieta entre esos intervalos de aquella sucesión infinita, por eso (también lo advertíamos en otras ocasiones) el tiempo en poesía se manifiesta como un eterno presente, pues en el
Poesía, los límites del infinito.Francisco Acuyo
poema extraemos la unidad de aquellos intervalos métricos (rítmicos, eufónicos…) supuestamente temporales y que no son sino el acto de contemplación poética que en realidad no puede sujetarse a ningún límite aritmético mínimo.

                A partir de aquí, es donde nosotros ponemos en serias  duda al carácter de ficción de la poesía. Al fin al cabo ella no hace sino ponernos continuamente de forma manifiesta la ilusión de los límites, trascendiendo la representabilidad de la ficción para exponernos al hecho incontrovertible del acto creativo, que se sitúa más allá del tiempo (convencional) y que, paradójicamente, siempre en marcha, muestra el ser de las cosas. El acto creativo que, para ser en verdad creativo, ha de ser nuevo, aparece como surgido de la nada en plenitud para la contemplación e integración en el mundo.

                Quizá por lo anteriormente expuesto sea por lo que el análisis, la observación aséptica del poema y su interpretación exacta resulta del todo imposible. El tejido vivo del poema ha de ser –valga la redundancia- vivido para ser entendido (más allá del escarpelo del juicio razonable y, por tanto, viciado por esta o aquella convención de conocimiento previo), y donde la conciencia –poética- es el fundamento de toda realidad.

                La poesía, concretada en el poema muy bien puede ser considerada un ingenio orgánico singular, cuya característica más genuina será la de realizar incontables e indefinidos procedimientos (medibles, por ejemplo, métricamente) en un intervalo discreto, finito y medible que, no obstante, aspira a la plenitud que paradójicamente está inmersa en lo infinito. El fingere de nihilo[4] en poesía no es aceptable porque el proceso creativo (poiesis) está siempre más allá del discurso netamente intelectivo, racional y abstracto que aspira a cercar formalmente lo inconmensurable. El aspecto irracional de la poesía está anclado a los puntos primitivos, primarios (simbólicos) que son anteriores a cualquier proceso de conceptualización y, por tanto, de formación estructural, pues nos habla de que más allá de la actualidad creativa del poema no hay nada.

                La realidad de las cosas en poesía están en esos sustratos creativos primarios y que acaso son posibles potencialmente en todas partes. Los límites –métricos, gramaticales, lingüísticos, retóricos…- son los que marcan los objetos poéticos que están signados con la plenitud simbólica de lo infinito. Proseguiremos en nuevas entradas este relato tan particular y fascinante de la naturaleza del acto creativo poético.


Francisco Acuyo



[1] Plotino: Enéadas VI, Gredos, Madrid, 1982.
[2] Acuyo, F.:  Ancile,  La cardinalidad del verso, la corriente infinita: https://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/07/cardinalidad-del-verso-la-corriente.html y El continuo poético  o la imposibilidad mecánica de la poesía.: https://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/07/el-continuo-poetico-o-la-imposibilidad.html
[3] Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo, Artecitta ediciones (Fundación Internacional Artecitta), Granada, 2010, pp, 140. Elogio de la decepción (y otras aproximaciones a los fenómenos del dolor y la belleza), Jizo ediciones, colección El círculo del límite: Granada, 2013, pp, 112.
[4] Como pura ficción.


Poesía, los límites del infinito.Francisco Acuyo

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