martes, 21 de marzo de 2017

EL ORDEN POÉTICO: DECLARACIÓN MATEMÁTICA DE VOLUNTAD.

Abundando en las relaciones de orden entre matemáticas y poesía, ofrecemos esta nueva entrada para la sección, Poesía y matemáticas, del blog Ancile, bajo el título: El orden poético: declaración matemática de voluntad.


El orden poético: declaración matemática de voluntad.Francisco Acuyo, Ancile


EL ORDEN POÉTICO: 

DECLARACIÓN MATEMÁTICA DE VOLUNTAD






QUE es indiscutible la realidad de una noción más amplia de  espacio (y de entes geométricos)[1] y de métricas posibles, superadoras de las aproximaciones euclidianas y aristotélicas, se antepone como argumento sobrado para comprender que los razonamientos y aproximaciones al número en poesía, deben ser acordes a aquellas creaciones libres de la mente humana en la misma razón que lo son en matemáticas. Es preciso superar también en este ámbito –poético- la idea del número anclada a su carácter netamente aritmético (véase el cómputo diverso según las diferentes métricas de la estructura rítmica del verso), de donde deducir la estable concatenación –cadena, diría Dedekind[2]- de sus estructuras, que son reveladoras inexcusables de su dinamismo singular. La voluntad ordenadora del matemático o del poeta en el establecimiento de unas normas o patrones regidores de su especial actividad y realidad creativa y creadora.

El axioma necesario –casi místico- del número olvidando el impulso arbitrario que en realidad le anima como realidad imaginativa o ficticia, no hace sino poner en evidencia la necesidad de la búsqueda de nuevos conceptos, o lo que es lo mismo, de la realidad viva de las matemáticas (y la poesía) que no siempre puede(n) -ni debe(n)- amoldarse a verdades lógicas previamente constituidas, y es que el proceso creativo casi siempre expone nunca vistas e imprevisibles verdades anejas al proceso de liberación de la conciencia que inevitablemente conlleva. Por eso, no nos cansamos de advertir que, por ejemplo, en relación los estudios de métrica, deben superarse las proclamas esclerotizadas del funcionamiento mecánico del verso, cuyo determinismo no hacía sino desvirtuar su realidad orgánica, siempre dinámica, compleja y viva[3].

El orden poético: declaración matemática de voluntad.Francisco Acuyo, AncileEl matemático (y a mi juicio en este aspecto también el poeta y el estudioso de amplias miras) ha sido un ejemplo de independencia del espíritu,[4] que acabará por situarse un paso más allá del principio de no contradicción lógico. En este sentido no es extraño que las conclusiones extraídas  de la nueva matemática emparente con el singular aspecto metafísico que acompaña a la verdadera poesía, en tanto que pretende hacer inteligible lo que no lo era[5]. Cuando Poincaré afirmaba que la [6] estaba diluyendo las fronteras con la poesía, en tanto que esta no es sino el arte demiúrgico de nombrar, que es propio de la poiesis y su potencia creadora. Si desde aquí se empieza a sospechar de la insuficiencia de la matemática como un juego de abstracciones puras y se comienza a conectar ésta con la realidad,[7] será la poesía como supuesto juego de ficción literaria, la que indagará en lo más íntimo de la realidad existencial del ser dotado de conciencia. La idea poética (también la matemática) en modo alguno es y se manifiesta de forma estática, sino que es hija del dinamismo y la complejidad de lo que deviene y es siempre vivo en la conciencia. De hecho las antinomias famosas (las propuestas por Russell o Gödel, sobre todo) no son en modo alguno un problema para las matemáticas (en poesía son lo más sabroso de su jugo creativo), sino para la lógica y la epistemología[8].

Cuando Poincaré afirmaba que revestir a la matemática de una lógica deductiva y formal era una mutilación de la matemática, es cierto en virtud, claro está, de que la matemática se fundamenta en la intuición que es propia de su impulso vivo de creación y que no puede sustituirse por una simulación lógico mecánica. Advertencia que ya se hizo hasta la saciedad en ocasiones varias en relación al constructo numérico metricista tradicional, que no hacía sino desvirtuar la realidad dinámica y viva de la poesía en su manifestación versal. Son principios matemáticos (y poéticos), no lógicos los que conforman y dan sentido a su realidad viva y a sus propias estructuras dinámicas y complejas y que las sutilezas de las gramáticas (de la creación) de las matemáticas y de la poesía llevan a confundirnos, ya que aquellas son el medio de expresión de la matemática (y de la poesía), pero no de la creación.[9]

En nuevas aproximaciones sobre poesía y matemáticas en entradas de este blog, daremos cuenta, nuevamente, y añadiendo aspectos nuevos al signo y el símbolo en ambas artes y disciplinas.





Francisco Acuyo




[1] Véanse las geometrías de Grassmann, Lobachevski o Riemann
[2] Dedekind
[3] Acuyo, F.: Fundamentos de la proporción en lo diverso, Universidad de Granada, 2007, Jizo ediciones,nueva edición corregida y adaptada, 2009.
[4] Zellini, P.: La rebelión del número, Ed. Sexto Piso, Madrid, 207, p. 37.
[5] Bergson, H.: Revue de Métaphyssique et de Morale, 1901, p. 662.
[6] Poincaré, H.: L’avenir de las mathématiques, Roma, 1909, vol, 1, p172.
[7] Borel, É.: Oeuvres, Les paradoxes de la théorie des esembles, Paris, 1972, vol. III, p. 1272.
[8] Zellini, P.: nota, 4, pgs. 68-69.
[9] Steiner, G.: Gramáticas de la creación, Siruela, Madrid, 2001.

El orden poético: declaración matemática de voluntad.Francisco Acuyo, Ancile

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