domingo, 9 de octubre de 2016

NATURALEZA DEL PENSAMIENTO HUMANO: LA REALIDAD DE LA MENTE (EN VIRTUD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA POESÍA)

Con el breve y muy modesto trabajo titulado: Naturaleza del pensamiento humano: La realidad de la mente (en virtud de la inteligencia artificial y la poesía, siguiendo la línea de reflexiones en torno a la temática del alma y sus correlaciones con los conceptos de la mente y otras derivaciones relacionadas con el ámbito de la psique, para la sección, Pensamiento, del blog Ancile.


Naturaleza del pensamiento humano: La realidad de la mente (en virtud de la inteligencia artificial y la poesía, Francisco Acuyo




NATURALEZA DEL PENSAMIENTO HUMANO:
LA REALIDAD DE LA MENTE (EN VIRTUD 
DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA POESÍA)








El conductismo y la noche de los tiempos en los estudios de la mente fueron comúnmente identificados, en tanto que aquél fue especialmente oscurantista con la realidad de la mente, que nunca fue reconocida con tal entidad, dado que para sus parámetros sólo eran medibles, cuantificables y observables las manifestaciones externas y superficiales de la conducta. La estructura y organización de la mente no era sino una entelequia incomprensible dentro del ámbito del método científico. Aludía en anterior entrada a la analogía de la máquina informática[1] con el proceso del funcionamiento del cerebro y su producto más esquivo (por intangible), la mente[2]. No deja de resultar curioso cómo la ciencia de la computación habría de provocar un singular renacimiento, no ya del concepto de mente, sino de su realidad incuestionable, en tanto que aquella viene a representarse así misma por medio de estructuras cognoscitivas tales como las ideas, los símbolos[3] (a los que nosotros hemos reiteradamente acudido), y a las que no parece hacer mucho caso la propia neurociencia e incluso la denominada psicología moderna, que rechaza cualquier referencia a terminologías susceptibles de alusiones o advertencias fuera del ámbito del propio cerebro (material biológico),[4] obviando inclusive la organicidad e integración del mismo en la totalidad del cuerpo, así como su más extraordinaria capacidad, a saber, la de la de modificarse materialmente (plasticidad) y la de propender a la manifestación –mental- más fabulosa cual es la que propicia nada menos que la creación (en todos sus ámbitos: artísticos, científicos, literarios…) así como la no menos enigmática búsqueda de sentido (existencial).

                  Uno de los misterios (y contradicciones en la analogía del cerebro con la computadora) es la aparentemente indetectable programación interna del cerebro como mecanismo físico biológico, que pone en evidencia la diferencia de la mente (como totalidad consciente e inconsciente, propuesta para la búsqueda de sentido y de creatividad, decíamos) con el supuesto soporte neurológico y   todos sabemos, accede por vías muy diferentes los juicios lógico racionales (emocionales, inconscientes,…) al conocimiento. Pero, insistimos, es muy interesante esta analogía en tanto que es precisamente  criterio lógico racional (si pretendemos diferenciarlo del de la computadora), sino, por el contrario, está amplia y profundamente compuesta por impulsos inconscientes (irracionales) que, no sólo son pulsiones básicas del instinto, ya que además están sujeta a cambios y a un proceso dinámico continuo de aprendizaje.

Naturaleza del pensamiento humano: La realidad de la mente (en virtud de la inteligencia artificial y la poesía, Francisco Acuyo
               Nuestro rechazo, pues, a las similitudes mecánicas de la mente se han venido sustentando a lo largo de todas y cada una de las aproximaciones sobre el tema de manera reiterativa por cuestiones que nos han parecido obvias, en tanto que consideramos la mente como algo vivo sujeto siempre a potenciales y complejos cambios estructurales y de comportamiento que interaccionan (vivamente) con el mundo, acción que, además, acomete con información siempre parcial y por lo tanto incompleta y no siempre lógica (como la que la máquina necesita ineludiblemente). Es bastante claro que la percepción y posterior asimilación del entorno que la mente aprehende no aporta necesariamente un conocimiento ponderable y taxativamente descriptible, ahora bien, que no podamos cuantificar aquellas aprehensiones de la mente no significa que carezcan de realidad (cualitativa) y que, sin embargo, describen su genuina naturaleza.

                  Decíamos al principio que es precisamente en virtud de la ciencia de la informática, no obstante, por la que podemos aproximarnos a la realidad de la mente de manera básica, porque a través de esta nueva ciencia y sus aportaciones al ámbito de lo lógico teórico se han llevado a cabo intentos de mucho interés por descubrir la potenciales leyes que rigen el pensamiento y la misma inteligencia humana. En cualquier caso, la dinámica de la mente (y su propia naturaleza) no es necesariamente lógica y, es en este preciso dominio, donde difiere la inteligencia propiamente humana de la artificial. La lógica (matemática)[5] del computador precisa del manejo de símbolos (físicos) que hablan de propiedades formales que no tienen significado; el símbolo que maneja el complejísimo acervo mental (consciente y sobre todo inconsciente), por el contrario, es la significación, de importancia capital, y es que estos símbolos en realidad están vivos (arquetípicos o individuales) porque forman parte de la evolución del entendimiento humano a través de los siglos y, por tanto, de lo más profundo de la propia estructura de nuestra mente.

                  La cuestión es que hemos aprendido gracias al reconocimiento del símbolo lógico abstracto que maneja el computador, que este no es en modo alguno el que procesa la mente humana, en tanto que el cálculo exacto no determina la funcionalidad orgánica e integral de los símbolos[6] (de la inconsciencia)[7] mediante los que sí funciona la mente humana y que, oh curiosidad, tantas veces se disfraza de razonamiento lógico[8].

                  Será un lugar tan extraordinariamente paradójico y singular como es el de la creación poética desde el cual, nosotros, aprendimos también que, a diferencia del artefacto informático que es [9], que el ejercicio poético creativo, como el que anima e impulsa la vida, está sujeto a contradicciones, ambigüedades y paradojas que, sin embargo, dialogan perfectamente con los símbolos que constituyen la materia de los sueños, de las emociones, de lo latente trascendente que habita en la mente de los hombres.

Naturaleza del pensamiento humano: La realidad de la mente (en virtud de la inteligencia artificial y la poesía, Francisco Acuyo
                  El irracionalismo poético (asentado sobre un sistema lógico lingüístico de signos como es el lenguaje) nos abrió no solo un marco amplísimo de conjeturas sobre la cuestión de la mente, pero también un espacio extraordinario de entendimiento de lo más profundo y genuino de la mente, en tanto que los desvíos del uso de lengua común nos hablaban más allá de aproximaciones lingüístico literarias, a indagar en la naturaleza del pensamiento simbólico y mítico del verbo poético y, por ende, de la naturaleza misma del pensamiento creativo (una de las facetas más fascinantes de la mente). La evocación del lenguaje poético nos muestra el eco de las más profundas simas de nuestra alma. La lógica poética (distante de la lógica artificial del símbolo abstracto matemático)[10] establecen los fundamentos vivos, dinámicos y complejísimos de nuestra mente.

                  Que nos hallamos dado cuenta de que la información no es lo mismo que el conocimiento, ha sido una de las consecuencias de los avances en el ámbito de la ciencia informática y de la inteligencia artificial, mas, también la poesía –como ejercicio creativo por excelencia- nos enseña que la mente es una entidad integradora de conciencia –e inconsciencia- y mundo, pues se asienta sobre la interpretación de la realidad en virtud de la viva y orgánica simbología que la estructura y da dinamismo. Seguiremos viendo en próximas entradas cuán fascinante puede ser la analogía máquina, mente y poesía para la comprensión de nuestro propio entendimiento.
                 




[1] Acuyo, F.: Blog Ancile,  El inconsciente como sustrato de la idea de lo trascendente: http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2016/10/el-inconsciente-como-sustrato-de-la.html
[2] La mente, que nosotros, en diversos post hemos ido enumerando en relación con los conceptos de psique, alma, espíritu…
[3] Campbell, J.: La máquina increíble, Fondo de cultura económica, México,  1994, p. 11.
[4] Véase el rechazo a cualquier mención a la idea, por ejemplo, del alma. Acuyo, F.: Del alma y su necesaria acta de defunción, y la imprescindible negación del libre albedrío, http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2016/08/del-alma-y-su-necesaria-acta-de.html
[5] Russell, B. y Whitehead, N. A.: Principia Mathematica, E. Paraninfo, Madrid, 1981.
[6] Interesante será tener en cuenta que, si bien la lógica no parece algo innato en la mente humana, el lenguaje y su sintaxis (orden gramatical), sí lo es, no obstante de ponerse duda a través del lenguaje simbólico por excelencia cual es el poético, y que en virtud de su uso desviado muchas veces diríase que cuestiona su lógica estructural y gramatical.
[7] A través de la creación, lectura e interpretación poética he podido constatar que el símbolo del que hablamos, como lenguaje especial, en cierto modo pretende ir más allá del signo o del concepto netamente racional en el que de consuno se basa la gramática (y la sintaxis) que, sin embargo, da sustento al verso y al poema.
[8] Campbell, J.: La máquina increíble, p. 47.
[9] Ibidem, p. 51
[10] Lógica de Frege, Russell, Whitehead o Peano, que pasó a ser incluso más artificial que las propias matemáticas.





Naturaleza del pensamiento humano: La realidad de la mente (en virtud de la inteligencia artificial y la poesía, Francisco Acuyo


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