miércoles, 10 de agosto de 2016

EL LIBRE ALBEDRÍO Y LA CONCIENCIA DEL SER

Bajo el título de, El libre albedrío y la conciencia del ser, traemos una nueva entrada para la sección, Pensamiento, del  blog Ancile, siguiendo las reflexiones de anteriores entradas en torno a la idea del alma.


El libre albedrío y la conciencia del ser, Francisco Acuyo



EL LIBRE ALBEDRÍO Y LA CONCIENCIA DEL SER





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 EN verdad que, ante los evidentes condicionamientos (sociales, culturales, religiosos, incluso científicos) del ser humano, no es extraño que la conciencia desde la cual podemos elegir libremente es ciertamente algo raro. Esta cuestión sí que nos parece relevante a la hora de establecer la posibilidad del libre albedrío (junto a la relación y naturaleza de la propia conciencia y de su sustrato material, que es el cerebro, como estructura dinámica, compleja e indeterminista),[1] y que tiene una muy estrecha relación con los procesos creativos, si es que en verdad logra deshacerse de los vínculos personales y condicionados que viene a conformar el rudimento de la conciencia y que, en definitiva, denominamos ego. Resultaría interesante discernir entre aquellos factores condicionantes anteriormente mencionados (sociales, culturales…) y el mundo de la consciencia no local (subjetiva) que abarca los arquetipos y su influencia –o no- en la conformación del yo individual.

El libre albedrío y la conciencia del ser, Francisco Acuyo                Parece improbable (no solo por los condicionamientos fisiológicos del propio cerebro[2]), sobre todo por lo que impide actuar libremente en virtud de lo aprehendido en la memoria de lo cultural, social, religioso…. que nuestra conducta sea realmente libre, y es que todo este acervo condicionador es lo que construye el ego, pero, ¿hay algo más allá de estos condicionamientos que pueda ser denominado como consciencia? Advertimos en primer lugar que, para quienes les hablan, los procesos inconscientes forman parte de la conciencia como totalidad integrante e  integradora del mundo de la mente; mas, ¿qué papel juegan aquellos universales arquetípicos (simbólicos) en el devenir de las entidades conscientes? Todo parece indicar que para acceder a una compresión de aquellos hemos de estar resueltos a ir más allá del significado conceptual, lógico lingüístico, hemosSoy un mentiroso) al respecto de la necesidad de un metalenguaje para su entendimiento, en tanto que la separación de esta, de su autorrefencia del exterior, no es más que una mera ilusión, acaso como la escisión sujeto y objeto de la misma consciencia.

El libre albedrío y la conciencia del ser, Francisco Acuyo                La construcción del ego se impulsa en la vida en pos de su durabilidad condicionada, pero la conciencia del ser nos lleva (muchas veces a través de arquetipos como el Tánatos, la muerte) a la [3]. Pero nos parece esta una visión incompleta del movimiento de nuestra conciencia, pues en modo alguno explica los procesos creativos que en modo alguno pueden enseñarse (acaso pueden ejemplarizarse), puesto que aparecen dominios en los que la conciencia requiere –crear- nuevos contextos para su desarrollo, véanse las matemáticas y la poesía, como singulares paradigmas de lo que hablamos. Son campos que regidos por la razón (o la afección insatisfecha con la realidad convencional) se percatan de las limitaciones del ego, que son las que en verdad constriñen la libertad, capital para cualquier ejercicio de creatividad que es, en definitiva, la conciencia del ser. Añadiré tan solo un rasgo altamente definitorio de la imposibilidad del libre albedrío visto desde una óptica enteramente  positivo materialista, la cual aboga por la existencia única de la materia (sin saberse muy bien que es esta) y el fruto de nuestras sensaciones (y la razón positiva) como vía única para entender la realidad de nosotros diferenciados radicalmente del mundo, siendo el ego –consciente- el constructo único de entendimiento, rasgo, decía, que conlleva a la visión nihilista y pesimista del ser humano en el universo y el horror a la muerte.

                En próximas entradas haremos humildes pero oportunas reflexiones al respecto de unas cuestiones que a nadie le son (o deberían ser) indiferentes.






Francisco Acuyo
               




[1] Ancile: Del alma y su necesaria acta de defunción, y la imprescindible negación del libre albedrío: http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2016/08/del-alma-y-su-necesaria-acta-de.html
[2] Ibidem, ver la referencia a dichos procesos para el condicionamiento de la conciencia.
[3] Una de las leyes fundamentales del conductismo está precisamente basada en esta idea de nuestro pensamiento.


El libre albedrío y la conciencia del ser, Francisco Acuyo






4 comentarios:

  1. Se habla de vivir "al aire libre" En una canción se canta "libre como el mar". Totalmente absurdo. No se si los humanos somos libres, de serlo me parece que muy poco, pero es obvio que el mar y el aire no son libres.Luis Manteiga Pousa.

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    1. Un comentario bastante estúpido el mío, ciertamente.

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  2. Luis Manteiga Pousa10 de junio de 2021, 17:16

    El libre albedrío ¿una ilusión...o una desilusión?.Depende.

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  3. Luis Manteiga Pousa7 de enero de 2023, 18:01

    Me maravilla la capacidad del cerebro humano para pensar sobre si mismo como si fuese algo ajeno, como si fuese otra cosa. Y digo pensar en un sentido muy amplio además.

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