jueves, 12 de septiembre de 2013

LA POESÍA DE IGNACIO BELLIDO PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Del blog de La noche en blanco de Granada traemos hoy los versos del poeta de Salamanca Ignacio Bellido, así como una nota biobibliográfica del autor.
Enlace al blog de La noche en blanco de Granada


Traemos hoy hasta nuestro  blog de La noche en blanco al poeta salmantino afincado en Barcelona Ignacio Bellido, del que ofrecemos una muestra de su quehacer poético y una breve nota biográfica del autor.






EL POETA IGNACIO BELLIDO
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA








Ignacio Bellido (Salamanca, 1938) es Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, y especialista en Psiquiatría con formación psicoanalítica, además de poeta. Es miembro del grupo poético Laie, de Barcelona. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, francés y danés. Se le otorgó el  Premio Tigre Juan (1980), por la novela Jardín de orates, una crítica a los hospitales psiquiátricos de la época de la dictadura,  y el XII Premio Internacional de Poesía Miguel de Cervantes (2007), por el poemario Relativos de duda, que supone una renovación de las actuales líneas poéticas, aportando una visión del micro y macrocosmos, y de los mensajes del inconsciente. Además de la mencionada novela, ha publicado diversos poemarios: Nordiso (1969), Forma de ser (1985), Círculos y Cilindros (2004), en colaboración con la poeta argentina Juliana Rodríguez, Crepúsculos involuntarios (2005), Treinta y seis (2006), Relativos de duda (2007), ganador del XII Premio Internacional de Poesía "Miguel de Cervantes", Palabra en New Haven. (Fantasía con John Ashbery) (2008), En el abismo de la palabra (2012) ALKAID EDICIONES, , Mausoleos del pensamiento (2012) ALKAID EDICIONES. También haa participado en varias antologías con poetas de distintos países de habla hispana, siendo las más significativas: Odaldecir, Alcor, Experimento poético y Nueva poesía Hispano-Americana.



EL MENSAJE DE LUIS CERNUDA




Esperáis que  solucione vuestros deseos,
y como mucho puedo pasear mi mano 
sobre el llanto del clavecín...
Somos tan pequeña cosa
que ni la conciencia del agua nos acompaña
a pesar de que somos agua
e ignoramos conocer que así somos.
Me sorprende que intentéis copar Marte y conocer el Sol
sin antes admirar  la memoria interna
en su plenitud de existencia.
¡Ah el orgullo!
Cansado de vuestra ceguera
me detengo en la fuente del ascenso
y rezo
lloro
clamo
para intentar en este sostenido de cadencia.
comprobar si hemos subido este escalón.
Aburre ver como seguimos
como engañamos los tiempos  de lascivia
y  despreciamos los labios
para poder pronunciar por si volvemos
como pedía Cernuda.
He de pedirte emulado al poeta
reservar mi silueta por si vuelvo
y en el mientras
no rompas mi retrato. 




LA MUERTE COMO UN MALENTENDIDO




Acaso la serpiente pueda iniciar el camino de la sabiduría.
Tan cercana a nuestras faltas y a nuestro deseo
hemos de organizarla
junto a su barro
para que la leyenda se complete
y todo el orden de fluctuaciones
y vuelos invisibles
se conviertan en realidad
y pronuncien
la claridad de la obertura
o alarguen el cuarto movimiento
hasta ser melodía infinita
que al fin busque el requiebro de esas luces
años luz…y tan cercanas
donde nuestros hijos reposan sus manos
y ofrecen sonrisas
alabando la galaxia
y sabiendo que la luz
es un juguete cósmico
que mantiene la ilusion de permanencia
y se obliga a la continuidad
de nuestro entorno
para permanecer en un angelus terreno
donde la muerte solo es
un malentendido de los dioses.





LA AVENTURA DE LA INDIFERENCIA




Sobre la sombra de tus labios
se mantiene la espera
anunciando los surcos del otoño.
Caen las hojas
sobre las notas de un mendigo
que ríe  su ausencia
y clama a un nuevo Dios.
El ecuador de la tarde
vive sobre un incierto rayo
que ha sabido permanecer
sin temores.
Tendríamos que hablar de alegría
y cerrar en nuestras voces
aleluya de entrega,
pero nada sabemos
y seguimos murmurando acaso una oración
o blasfemia de noches
junto al muladar de nuestros cuerpos
que se aliñan con la mentira
de un somos
un todavía
un podremos
y así hasta un infinito limitado
que se pliega sobre la bóveda de ilusiones
para continuar  su aventura de indiferencia.




Ignacio Bellido




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