martes, 11 de diciembre de 2012

PABLO NERUDA: AMOR Y POESÍA


No podía faltar en nuestra sección de Amor y poesía, los versos arrebatados de Pablo Neruda. Poeta del amor incuestionable que habría de marcar los primeros años, los incipientes comienzos, los balbucientes inicios de poeta enamorado del amor y la poesía. He aquí una exigua muestra de su genio y de su fuerza, en un puñado de célebres poemas que dan alas a cualquier espíritu que se precie de haber amado alguna vez, de haber sentido vibrar el amor en el verso como muy pocos lo han conseguido. Con todos vosotros el amor y la poesía del universal Pablo Neruda.



Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile



PABLO NERUDA: AMOR Y POESÍA



Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile



CUERPO DE MUJER, BLANCAS COLINAS, MUSLOS BLANCOS




Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, 
te pareces al mundo en tu actitud de entrega. 
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava 
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros 
y en mí la noche entraba su invasión poderosa. 
Para sobrevivirme te forjé como un arma, 
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo. 
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. 
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! 
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. 
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! 
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, 
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.



INCLINADO EN LAS TARDES TIRO MIS TRISTES REDES  




Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes 
a tus ojos oceánicos. 
Allí se estira y arde en la más alta hoguera 
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago. 
Hago rojas señales sobre tus hojos ausentes 
que olean como el mar a la orilla de un faro. 
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía, 
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto. 
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes 
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos. 
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas 
que centellean como mi alma cuando te amo. 
Galopa la noche en su yegua sombría 
desparramando espigas azules sobre el campo. 


Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile
Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile







PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE 






Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.




Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile













AMOR, CUÁNTOS CAMINOS




¡Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
No amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.









Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile





ANTES DE AMARTE, AMOR, NADA ERA MÍO 





Antes de amarte, amor, nada era mío: 
vacilé por las calles y las cosas: 
nada contaba ni tenía nombre: 
el mundo era del aire que esperaba.

Yo conocí salones cenicientos, 
túneles habitados por la luna, 
hangares crueles que se despedían, 
preguntas que insistían en la arena.

Todo estaba vacío, muerto y mudo, 
caído, abandonado y decaído, 
todo era inalienablemente ajeno,

todo era de los otros y de nadie, 
hasta que tu belleza y tu pobreza 
llenaron el otoño de regalos.






ESPLÉNDIDA RAZÓN, DEMONIO CLARO 




Espléndida razón, demonio claro 
del racimo absoluto, del recto mediodía, 
aquí estamos al fin, sin soledad y solos, 
lejos del desvarío de la ciudad salvaje. 

Cuando la línea pura rodea su paloma 
y el fuego condecora la paz con su alimento 
tú y yo erigimos este celeste resultado! 
Razón y amor desnudos viven en esta casa. 

Sueños furiosos, ríos de amarga certidumbre 
decisiones más duras que el sueño de un martillo 
cayeron en la doble copa de los amantes. 

Hasta que en la balanza se elevaron, gemelos, 
la razón y el amor como dos alas. 
Así se construyó la transparencia.


Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile





NO TENGO NUNCA MÁS, NO TENGO SIEMPRE



No tengo nunca más, no tengo siempre. En la arena 
la victoria dejó sus pies perdidos. 
Soy un pobre hombre dispuesto a amar a sus semejantes. 
No sé quién eres. Te amo. No doy, no vendo espinas.

Alguien sabrá tal vez que no tejí coronas 
sangrientas, que combatí la burla, 
y que en verdad llené la pleamar de mi alma. 
Yo pagué la vileza con palomas.

Yo no tengo jamás porque distinto 
fui, soy, seré. Y en nombre 
de mi cambiante amor proclamo la pureza.

La muerte es sólo piedra del olvido. 
Te amo, beso en tu boca la alegría. 
Traigamos leña. Haremos fuego en la montaña.






EN MEDIO DE LA TIERRA APARTARÉ






En medio de la tierra apartaré
las esmeraldas para divisarte
y tú estarás copiando las espigas
con una pluma de agua mensajera.

Qué mundo! Qué profundo perejil!
Qué nave navegando en la dulzura!
Y tú tal vez y yo tal vez topacio!
Ya no habrá división en las campanas.

Ya no habrá sino todo el aire libre,
las manzanas llevadas por el viento,
el suculento libro en la enramada,

y allí donde respiran los claveles
fundaremos un traje que resista
la eternidad de un beso victorioso.



                                                                         
Pablo Neruda: Amor y poesía, Ancile
                                                                      Pablo Neruda

1 comentario:

  1. Maravillosos versos de una voz inmortal. Gracias querido Francisco.
    Un gran abrazo desde Miami.

    Jeniffer Moore

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