viernes, 10 de septiembre de 2010

SIDEREUS NUNCIUS

Paso a ofrecer unas notas sobre métrica poética que en su día hice públicas en una conferencia sobre las sutilezas de tal asunto. Ruego disculpen los no iniciados en tal materia, aunque creo que puede ser de interesante lectura, pues creo de de manera intuitiva puede servir para acercarnos al mundo de las estructuras materiales de la poesía, esto es, su lenguaje y su singular manera de conformarse para ser lo que todos reconocemos como poesía. En cualquier caso creo que puede resultar sugerente observar que hay formas no convencionales, es decir lingüísticas y literarias, para el acercamiento a los fenómenos genuinamente artísticos, me refiero a la matemática u otras ciencias duras que pueden abrir caminos extraordinarios para su comprensión y funcionamiento.



Sidereus Nuncius. Apuntes y noticias nuevos sobre los fundamentos de la proporción en lo diverso, Francisco Acuyo






SIDEREUS NUNCIUS:
APUNTES Y NOTICIAS NUEVOS SOBRE
LOS FUNDAMENTOS DE LA PROPORCIÓN EN LO DIVERSO







Cynthiae figuras aemulator mater amorum
Galileo Galilei (a J. Kepler)





SI BIEN NO HUBIERE si no prever prudencia entorno a las cuestiones que así lo precisan sin son afines al linaje, género y genuina estirpe que la ciencia configura de rigor y de severidad extremos. Aún más han de apurarse tales dosis de discreción y de discernimiento si pretendemos con tan singular método aproximar analogías de estudio y consideración que fuesen aplicables al ámbito del arte en general, o más precisamente en el controvertido territorio que concierne al de la creación poética, manifiesta ya en su materialidad lingüística, el poema, del todo excepcional. En modo alguno hacerse puede blando o descuidado cualquiera juicio a consideraciones tales, si necesitan prevención, exactitud y propiedad resueltas para el rigorismo propio de la naturaleza de su método. Ocasiones, no obstante, encontraremos para ampliamente contrastar su ciencia con la genuina, proverbial y no menos controvertida ambigüedad que se ofrece en el extraordinario y excelso constructo –dícese- del poema verdadero.
Sidereus Nuncius. Apuntes y noticias nuevos sobre los fundamentos de la proporción en lo diverso, Francisco Acuyo
Decía en otra señalada ocasión(1) que el impulso (raro, enigmático) que anima el ejercicio crucial de creación poética era el eje vertebrador de su trabajo. Así, ahora, no podemos en esta extensión nueva y exigua en referencia a aquel prolijo trabajo del que ahora hablamos, sino acogernos a la misma directriz pero en nueva inventiva ensayística. Compartimos también otra óptica ciertamente heterodoxa en tanto que seguimos manteniendo los mismos instrumentos de estudio basados en disciplinas que traspasan las fronteras de la ciencia y arte métrica tradicional, así como de las disciplinas netamente filológicas –fonética, lingüística, gramática…- que nos son tan familiares por imprescindibles en cualquier estudio literario (o poético), pues verán acepciones, instrumentos y conceptos propios de las ciencias de la naturaleza (matemáticas, física, química, biología…) que se extienden y pueblan en plano de igualdad las páginas que completan este texto de igual modo a aquel otro al que hacemos referencia. Recordamos las tres piezas claves de nuestro puzzle teórico entorno a los términos de dinamismo, complejidad y no linealidad. (2)

Rememoramos en virtud de aquella complejidad dinámica que nutre el verso, el concepto integrador que singulariza aún más su naturaleza, y que vendrá a imponerse incluso en los momentos de desvío del precepto métrico, y que los sistemas al uso que lo informan no son sino aproximaciones o descripciones estadísticas o numéricas de probabilidad. Sería también interesante, ahora como entonces, decir que estas líneas no se refieren tanto a un estudio estrictamente métrico, como a una especial aproximación material a la estructura en la configuración lingüística, gramatical y métrica del poema, en tanto que nos referimos siempre a aquellos rasgos genuinos que se reconocen en el fenómeno poético, entendido, eso sí, como un peculiar ejercicio creativo, pues es susceptible de singular reconocimiento epistemológico.

Cuando advertíamos del carácter algorítmico de las estructuras métrico versales del poema, o bien de que las interrelaciones detectadas en el verso no están regidas por ecuaciones lineales, ya dábamos cuenta de la diferente percepción y, sobre todo, de la conceptualización y terminología extraña a la que aludíamos anteriormente, y todo porque creemos que dada la especial naturaleza del fenómeno métrico (poético), iba a casar y explicar de manera diferente con su sistemática compleja y altamente dinámica, y que, en fin, nos parece que no responden definitivamente con su explicación las métricas tradicionales que, en su indiscutible utilidad, no afinan lo suficiente respecto a la íntima estructura de no pocos versos, en tanto que mantienen parámetros cuantificadores y mecánicos para explicar su funcionamiento.

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Así, cuando nosotros propusimos la atención y estudio sobre aquellos aspectos estructurales del verso, quisimos hacerlo en virtud de una óptica atenta al arte (y ciencia métrica), mas aprovechando disciplinas que pudieran abrir puertas para la mejor comprensión de su funcionamiento y naturaleza (decíamos propias de la ciencia de la naturaleza). Hubimos de hollar las sendas que atañen, en principio, a la estadística y a la probabilidad. Será así porque, a pesar de todo, para explicar el verso (y el poema) respecto a su estructura métrica, la metodología matemática convencional tampoco permite obtener resultados más allá de las observaciones del verso mismo como estructura susceptible sólo de ser cuantificada.

Si, como Hobbes,(3) advertimos que la verdad consiste en la correcta ordenación de los nombres en nuestras afirmaciones, podríamos emparentar la poesía con la ciencia de la geometría, en tanto que comenzamos por establecer (singular o especialmente) el significado de sus palabras,(4) si es que en poesía lo que no está perfectamente expresado, no estará dicho.(5) Así, como el milagro de la articulación entre el lenguaje, la matemática y la formulación de leyes de la física es un extraordinario obsequio que comprendemos […],(6) la poesía ofrece el no menos prodigioso fenómeno (que va más allá de la mera articulación de su (especial) lenguaje) del poema con la realidad vital más profunda del entendimiento humano a la que se refiere, además la inaudita capacidad que ofrece para la integración del espíritu con el mundo. De igual modo que la irrazonable eficacia de la matemática(7) describe y analiza el cosmos, la poesía, de manera insólita ofrece la potencia sublime de iluminar el entendimiento con la particular capacidad para integrar; a saber: la dispersión de lo que es esencialmente humano, y lo fenoménico expuesto en el devenir del mundo.

Uno de los resortes que hacen de la poesía en su expresión poemática lo que es, será sin duda su construcción métrica. Si la poesía, diremos, más allá del concepto, como ciencia peculiar (de la paradoja) muestra una extraordinaria dinamicidad, no ha de resultar extraño que este dinamismo se vea singularmente reflejado la propia estructura métrica, mostrando, al igual que sucede con las proposiciones indecibles de las que es capaz el poema,(8) que no es posible la computabilidad (o contabilidad mecánica) del denominado número métrico.

Los diferentes intentos de generación de versos por ordenador traslucen una construcción mecánica deducible del estudio, análisis y posterior recreación de los mismos, sujetos sus parámetros de compilación informática a las diferentes preceptivas tradicionales, las cuales no casarían en sus análisis y explicaciones con aquella dinamicidad y complejidad advertidas, y esto es así, porque la solución matemática ofrecida en sus diferentes variaciones mecánicos consideran finitamente el conjunto de manipulaciones (métrico-estilístico-lingüísticas) en una determinada respuesta versal que no siempre explica el funcionamiento íntimo del verso.

Así, en determinadas casuísticas desviadas de la norma o precepto tradicionales, la computabilidad del verso, responde o depende de que su generación siga un conjunto finito de instrucciones impuestas por los preceptos señalados del metro, a fuer de que la respuesta sea infinitamente larga. Mas, ¿sería el número (métrico) en realidad un número computable? Nos parece a nosotros que no, porque el número métrico característico responde a una realidad dinámica distinta de la planteada por magnitudes (métricas, sintácticas…) que podrían aparecer de manera imprecisa y continua.
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Creemos, en fin, que los números métricos no son del todo computables en tanto que el verso (y el poema) podrían conducir a apreciaciones no analizables para sus magnitudes (por ejemplo, rítmico acentuales posibles). Así, si mediante el algoritmo (x) podemos fijar en principio un conjunto finito de instrucciones (decíamos como ejemplo, variedad de acentos) o un determinado número de instrucciones (posición de los acentos), obtendremos así, en clara manifestación, un resultado de trabajo mecánico, el cual no nos parece casar con la realidad dinámica y no del todo predecible del verso.

Las operaciones matemáticas posibles en el proceso métrico versal (por ahora) están sometidas a un programa significativamente más sencillo que la operación dinámica que caracteriza el movimiento versal, y es que el verso y el poema implican procesos métrico-matemáticos tan complejos que no podrían encerrarse en un determinado programa estanco. Creemos que la complejidad poemática se sitúa fuera de las posibilidades de computación de cualquier algoritmo y por tanto no sería comprensible ni realizable mediante este proceso. Estimamos que las secuencias aleatorias que potencialmente se pueden verter métricamente en los versos son definitivamente imposibles de comprimir mediante algoritmos computacionales.

Consideramos que la implementación métrica vista por los diferentes intentos llevados a cabo, o de los que tenemos conocimiento hasta la fecha, sólo posibilitan la confusión respecto al movimiento versal estableciéndolo como un proceso mecánico. Sería harto interesante comprobar si este indeterminismo, propio de los sistemas altamente complejos sería, no obstante, descrito mediante una ecuación diofántica,(9) con cuyos parámetros enormes transcribir o representar la aleatoriedad que la caracteriza.

En cualquier caso parece claro que no existe un procedimiento sistemático que pueda a priori dar una respuesta descriptivo matemática de la estructuración versal y poemática, si es, como decimos, en realidad verdaderamente aleatoria.

Hay que decir que las leyes métricas deducidas de las preceptivas mediante un despliegue teórico abstracto mínimo (en forma de algoritmos de diversa índole, siguiendo, por ejemplo, el número de sílabas) tratan siempre de identificar un número ilimitado de hechos métricos, por lo que son, no obstante, muy útiles en la descripción genérica del fenómeno versal, y cuyo carácter utilitario por aproximativo nos habla abiertamente de la complejidad organizada del verso y del poema. De esta complejidad se infiere una lógica que se atiene, a nuestro juicio, más que a una cuantificación de la
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información ofrecida, al valor o cualidad de la misma. Está (o debiera estar, la métrica) más atenta a la profundidad lógica que a la complejidad algorítmica,(10) que nos dice que nos encontramos ante un sistema profundo que nos habla de una precisa y complicada urdimbre de procesos.

Estimamos que aquella irrazonable efectividad de la matemática(11) no es sólo aplicable a las ciencias naturales, también se muestra harto efectiva en campos denominados de las ciencias sociales y, como tratamos de mostrar, también en el ámbito de los estudios filológicos, lingüísticos, artísticos y literarios, así puede constatarse para la mejor comprensión de la estructura métrica del verso. Mas entendemos también que esta aplicabilidad y entendimiento matemático en poesía va más allá del mero formalismo, pues tiende a emparentar su estructura y dinamismo más cerca de los números complejos o dentro de la dinámica del caos, pues resultará imposible sostenerla en parámetros netamente aritméticos, lineales o mecánicos; cualquier rasgo métrico del verso podrá siempre ser ampliado de manera prácticamente indefinida, y es que, de cada nivel de nueva resolución, se ofrecerá más complejidad en su fruición estética. Así, cuando introducimos patrones determinados de configuración sucede que de manera extraordinaria su estructura vierte mucho más de lo que en principio se utilizó para su configuración; véase el caso de los denominados desvíos o rupturas de los patrones normativos.(12) Esto es debido a la extraordinaria sensibilidad de sistemas tan complejos como el versal, pues este es susceptible de múltiples modificaciones en virtud de las numerosas perturbaciones (externas) que puedan afectarlo (emociones, pensamientos…) que hacen que sus resultados no sean del todo previsibles. La no linealidad(13) se deduce precisamente de aquí y de su extraordinario entramado y complejidad. No obstante, es posible extraer aspectos inteligibles de su estructura y funcionamiento como principio de razón suficiente para su lógico entendimiento, a fuer de que el verso (y el poema) pueden estar contingentemente ordenados.

La riqueza y complejidad observada en las expresas y en las potenciales formas de generalización versal nos hacen pensar que aquellas pautas recogidas como eufónicas son producto de una singular selección (rítmico-poética) que aspira a la máxima variedad. De todo lo que cabe inferir que, no obstante, la estructura métrica forma parte de códigos de optimización singulares para que la información sea lo menos arbitraria posible.

En resumen: la dinamicidad y complejidad deducible de las estructuras métricas hacen que advirtamos que el verso (y el poema) se sitúan entre la necesidad y la contingencia, manifiesto todo ello en el orden normativo y preceptual por un lado (el necesario), y en el de los desvíos (el contingente) que rompen con dicha preceptiva.

Podemos afirmar que el sistema que rige el comportamiento métrico (y poético) tiene carácter estocástico en tanto que concilia aquella contingencia (los desvíos métricos), con la necesidad de orden (la normativa métrica), pero siempre sujeta a las fluctuaciones aleatorias o impredecibles que en ocasiones pueden presentarse.

Del singular ejercicio de creación poética manifiesto en el verso y en el poema y de su generación de novedades genuinas, será desde donde se vea garantizada precisamente su libertad. En cualquier caso esa condición hacia la que se inclina, a veces de desorden o aleatoriedad, da origen a una ley restringida reconocida en las predicciones estadísticas del metro, que nos habla en realidad de cierto orden en el desorden, y donde los preceptos deben entenderse como singulares y necesarias regularidades estadísticas.





Francisco Acuyo



Notas.-


(1)Acuyo, F.: Los Fundamentos de la proporción en lo diverso: sobre la simetría y la asimetría endecasilábica, Universidad de Granada, 2007, y en, Fundamentos de la proporción en lo diverso, (reedición adaptada), Jizo Ediciones, Granada, 2009.
(2)Dinamismo: en relación con el utilizado en disciplinas científicas como las matemáticas, la física, la biología…; complejidad y no linealidad van de la mano de las mismas disciplinas, en tanto en cuanto son descriptores de aquellos, y cuyos elementos constitutivos no pueden explicar el funcionamiento de sistemas que, convencionalmente, se constituyen como la suma de los mismos, ya que en estos otros no se produce tal relación. Además se consideran dichos sistemas complejos y abiertos, análogos al que nosotros incluimos en estas páginas y que dinamiza el verso (y el poema) y caracteriza especialmente el fenómeno poético.
(3) Hobbes, T.: Leviatán
(4)Ibidem.
(5)Aleixandre, V.: Obras completas, Aguilar, Madrid, 1985.
(6)Wigner, N..: I am a mathematician, The later life of a prodigy, Cambridge, Mass,1966.
(7)Ibidem
(8)Acuyo, F.: ob. Cit. Nota 1.
(9)Se llama ecuación diofántica a cualquier ecuación algebraica, generalmente de varias variables, planteada sobre el conjunto de los números enteros o los números naturales , es decir, se trata de ecuaciones cuyas soluciones son números enteros. Esta ecuación tiene infinitas soluciones en los números reales. Como regla general, sin embargo, las ecuaciones que aparecen en los problemas tienen restricciones que nos ayudan a limitarnos a un pequeño número de casos e incluso a una única solución.
(10)La complejidad algorítmica esta atenta a la longitud del programa mínimo que produce una entrada; la profundidad lógica se refiere al tiempo que el programa necesita para generar una salida.
(11)Wigner, E.: ob. cit. Nota 6.
(12)Acuyo, F.: ob. cit. Nota 1.
(13)Lineales son los sistemas que obedecen a reglas asociadas a operaciones concretas representadas linealmente.





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