viernes, 16 de marzo de 2018

POESÍA: RECURSO SINGULAR DE CANALIZACIÓN DE LA ANSIEDAD Y LA ANGUSTIA


Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, Traemos una nueva entrada que lleva por título: Poesía, recurso singular de canalización de la ansiedad y la angustia.


Poesía, recurso singular de canalización de la ansiedad y la angustia. Francisco Acuyo




POESÍA: RECURSO SINGULAR 

DE CANALIZACIÓN DE LA ANSIEDAD Y LA ANGUSTIA







La poesía, a través de los diversos recursos (retóricos, métricos, lingüísticos…), pone en evidencia que la angustia, la ansiedad, el miedo… es necesariamente un estigma que se grabará a hierro y fuego. También que fuera de ella se llega a estimar, además, como una flagrante muestra de debilidad del individuo en el entorno convencional de la sociedad (¿del progreso?), como una enfermedad excluyente y repudiable. Se diría que existen sólo dos maneras de evaluar esta supuesta problemática, y siempre a la luz del dualismo antropológico anteriormente enunciado –y denunciado-; por una lado: proviene del mal funcionamiento de la incuestionable realidad de nuestros cuerpos –y su realidad neurobiológica-, que se encuentran totalmente diferenciados de nuestras mentes (anomalías neuroquímicas, genéticas…); por otro: se llega a la conclusión de que a través de la contemplación inevitable de nuestro deterioro y extinción, es inevitable angustia y ansiedad, que ha de manifestarse, ineludiblemente, de manera psicológica con sus repercusiones físicas. Para la poesía esta drástica diferenciación es insostenible. La poesía nos ayuda a entender que estas manifestaciones de sufrimiento son acaso las que nos hacen más profundos, más despiertos, más humanos.

Poesía, recurso singular de canalización de la ansiedad y la angustia. Francisco Acuyo            Sin pretender exagerar y resultar reiterativo debo insistir en que en esta lucha sin cuartel  contra la angustia (y –o- la ansiedad) nos olvidamos de que estas inquietudes son las que acaso nos hacen más empáticos y por tanto más conscientes con el dolor del resto de criaturas que comparten con nosotros el dolor de ser vivos  y que, como adelantábamos líneas atrás, posibilitan la capacidad de superarnos y evolucionar hacia un estado de conciencia superior), además que, en muchos momentos, nos hablan de que algo dentro (y puede que también fuera de nosotros mismos) no funciona como debiera, siendo esta la primera fase para una solución a esa anomalía correcta y duradera. El supuesto exterminio de estas respuestas naturales del espíritu (mediante la medicación o las terapias conductuales cognitivas o de cualquiera otra especie que no evalúe el factor natural de las mismas –no incapacitante-) puede que esté poniendo en peligro la capacidad para evolucionar, crecer e incluso ser creativos ante las adversidades, que sin duda llegan y llegarán a nuestras vidas de muy diferentes maneras. La poesía nos enfrenta de manera integradora, sutil y, a un tiempo, natural a las problemáticas inevitables del sufrimiento.

            Con Foucault, no estaría mal plantearse hasta qué no debiéramos sugerir al menos, si el fenómeno moderno de la ansiedad (la angustia, prefiero) no responde, en muchos aspectos a, la Historia de la locura [1], si es que esta, la locura (refleja, acaso también en la angustia y la ansiedad)  una experiencia límite en estrecha vinculación con lo irracional y planteada como, si el diálogo entre la locura (la ansiedad, la angustia…) y la razón no fuese posible. Este diálogo es, sin embargo, bastante frecuente, yo diría fundamental, entre los elementos retóricos (y no retóricos) que componen el discurso poético.



[1] Foucault, M.: Historia de la locura, Fondo de Cultura Económica, México, 2010.




Poesía, recurso singular de canalización de la ansiedad y la angustia. Francisco Acuyo


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