miércoles, 10 de septiembre de 2014

ENRIQUE VILLAGRASA, EN POETAS INVITADOS DEL BLOG ANCILE

Nos complace muy gratamente retomar la sección de Poetas invitados del blog Ancile, al poeta de Burbáguena (Teruel) Enrique Villagrasa, quien a tenido a bien regalarnos con sus espléndidos poemas en este nuevo post que ahora presentamos, entre ellos varios inéditos como primicia.




Enrique Villagrasa, Ancile




ENRIQUE VILLAGRASA, 
EN POETAS INVITADOS DEL BLOG ANCILE






Enrique Villagrasa, Ancile




BREVE BIOBIBLIOGRAFÍA.-



Enrique Villagrasa González nació en Burbáguena (Teruel), en 1957. En la actualidad reside en Tarragona. Periodista y lector de poesía.  Ha sido incluido en varias antologías y traducidos algunos de sus poemas a otros idiomas: al árabe por  Khalid Amraniy; al francés por Belén Juárez y por Geneviève Baudry; al italiano por Emilio Coco; al húngaro, por Szijj Mária; al inglés por Rosa Lafuente; al ruso por Tatiana Mamaeva; al chino por Huaping Han; al rumano por Elena Liliana Popescu; al croata por Željka Lovrenčić; y al portugués por João Rasteiro. Colabora como crítico en periódicos y revistas literarias. Su última publicación es Lectura del mundo (2014), al que pertenecen los poemas que no se cita procedencia.




POÉTICA




Necesidad de crear
una poesía otra,
en la fragmentación
del verso.

Exilio
desnudo y ágil.

Tiempo ido
resulta ser cifra:
ángel o duende.

Nada: suma de todo
lo no escrito.



POEMAS



AZUL Y YEGUAS




Boceto, trazo, azul grafía,
pensamientos frente al Aneto.
Color impregna la voz
de Manuel Bruna y Chicho
ladera tras ladera atenta,
monte arriba y piedras vivas:
las esperadas yeguas no están,
se han corrido dos montes.

Pirineos en silencio sonoro,
tras sonoridad ida, agostada,
al fondo un relincho tras otro.
Las montañas y vaguadas de
Unha y Bagergue desafían:
la cabaña del pastor espera.
Las bellas yeguas y sus potros
hermosos, con el semental altivo,
monte abajo, parda grafía gris
al trote del grito conductor.

Polvo y tinta, el calor
de la escritura, su voz.
El gesto amigo. La sal.



                                 (de Mudanzas de la voz)




Enrique Villagrasa, Ancile





EL POETA EN SU MESA





El sendero entre el verso y el poema
permanece por dictar, cual página
extraña, no en blanco, que se balancea
entre la luz y tu sombra. Ausencia de gestos.

No eres de aquí y marchaste de Burbáguena.
Sin pasado, ni presente, ni futuro alguno.
Tan solo un desconocido por descubrir.
La palabra otra leo. Espero que germine.

Sé que tu fuego calienta otro hogar.
Ya no soy yo, ni soy otro.  Marcharé de nuevo
por la noche, sin ser visto. Seré Nadie.

Soy extraño en mi tierra. ¡Forastero!, gritán
cuando me llaman. Argos hace tiempo murió.
Rostros encuentra el poeta en su mesa.





EN BURBÁGUENA





El poeta dibuja su entrada en el poema,
el umbral por el que accede al verso;
y al dintel infinito trata de acercarse
a través de la palabra no dicha,
del silencio sido. Muerte y vida: origen,
infancia en Burbáguena, camino de la viña.
¡Todo es un juego! Balbuceo del ser
en la página no escrita. ¡Vuelvo a ser niño!

Tu madre coge rojas cerezas y recreas
la creación artística del mundo. Y bebes
del recuerdo. Capta el momento el iPhone.





EN EL POEMA 





La memoria del verso
es la voz de la poesía.
A ella le es dada la palabra.

Oculta el espejo su mirada
y descubre la fascinación
del enigma.

El poeta es expulsado
por su escritura.
No teme a Platón.





E=MC2






Es posible una poesía de silencios
como es posible la física de partículas.
La poesía puede ser el líquido transparente
que lo llene todo. Navega libre el porqué.

Los arcanos habitan todos los versos.
Las partículas tienen masa, no color
y el campo electropoético produce olas.
Y todo son veloces bosones de Higgs.

La palabra escrita es moldeada por el lector.
Pero, todo tiene un significado errante.
La poesía es la magnitud que nos descubre.

La belleza del poema es igual a sus versos
multiplicados por la velocidad de la luz
al cuadrado: el poeta Einstein podría decir.




VELOZ VERSO: FRANKEL





La página vacía acoge al veloz verso.
Tradición e interpretación errante tras de sí,
tras el surco de la palabra en el espejo:
única encarnación de la imagen individual,
cual ejercicio de recreación, íntimo y singular.

¿Qué poema no brota de la necesidad?:
el poeta sabe que corre en la noche oscura,
también sabe que el día claro existe
y confía en que cuando esté en la pista
sabrá reconocerla, ganarla, cual Frankel.

El lector tiene catorce infinitas caras.
Toda carrera es el texto más absoluto.
El escritor confía(do), reescribe la senda.
¿Brilla el sol: misterio (in)finito, tal vez?






BOCETO





¿Hasta qué punto es poema el poema
si el verso es sometido
a su vez, por la necesidad
poética que tiene de ser verso?

El poema podría haber sido,
el poema podría llegar a ser,
si se libera del significado del verso,
de sus propios límites.

¿Acaso la poesía no es leída en el poema?
La poesía es lectura del mundo.




POESÍA EN LA RED




Facebook lee antes la voz del poeta.
Twitter es su eco. Y en mi mirada queda
el naufragio azul de tu gesto altivo.

El verso es verso en el cáliz del poema,
cuando lo lees. Cuando abres la puerta y sales
a jugar con la vida, no conforme con Google.

El sueño de una sombra que te nombra
del olvido, del azar, del silencio. Desde
Burbáguena, donde el Jiloca suena cerca
y siempre… siempre está por llegar.

Mil trillones de zeptosegundos por tu mirada.
Pues el Higgs no me explica por qué no me amas.
Dejo de soñarte. Dejo de escribir el poema,
el poema que me revela el sueño que te sueña.





Enrique Villagrasa, Ancile




PAZ Y BIEN EMPIEZA CON P DE POESÍA




Estaba de pie en la terraza, un noveno,
y de no coger tu mano abierta, Poesía,
habría caído sin que nadie me empujase.

¡Acaso tu voz, muerte, no es una sinfonía!

Trabajaré bajo el fuego de la ira
por la paz y el bien, con mis versos
y los tuyos, hermano amigo poeta.


                                                         
                                                                                 (inédito)





EL SUEÑO DEL POETA TE NOMBRA, OLVIDO:



¿Por qué están los versos confinados en el poema?
Si cuanto más se alejan, más ligados están.

¿Estamos en realidad ante el poema,
o la identidad individual de la poesía ya no importa?

¿Dónde anida la nobleza intrínseca del poema?
En el lenguaje sereno o en los ecos que le permiten
llenar el espacio y el tiempo.

Todo poema es un diálogo con la muerte.
O, tal vez, el recuerdo de su paisaje
que se convierte en metáfora
de la lectura del mundo.
Vestigios eclipsados.

El poema no deja de ser el escenario
en miniatura, que luego el lector ilumina.

El poema para ser no debe dejar escapar
la emoción, la luz, ni la verdad. Debe estar
tejido con verso prensil. El sueño del poema
te nombra, olvido.






                                                                       (inédito: para Nacho Escuín)   




Enrique Villagrasa



Enrique Villagrasa, Ancile

1 comentario:

  1. Gracias por traernos a este gran poeta que según disfrutio acá, habla con la poesía, la redefine y realza con una gran profundidad filosófica. Me encantan esos sonetos libres, todo es muy bueno. Un abrazo, amigo.

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