martes, 27 de mayo de 2014

MARA ROMERO TORRES Y EN "LAS OLAS DE TUS OJOS"

Mañana, día 28 de mayo, se presenta el último premio Miguel de Cervantes de poesía de la ciudad de Armilla, en la librería Picasso de Granada, aprovecho la ocasión para dar noticia del acto y ofrecer, a modo de semblanza de su libro, el prólogo que hice para la edición del libro. Incluyo algún poema que sirva de aperitivo sabroso para que leáis el poemario todo.




Mara Romero Torres: En las olas de tus ojos.Ancile

MARA ROMERO TORRES 
Y EN "LAS OLAS DE TUS OJOS"



Mara Romero Torres: En las olas de tus ojos.Ancile



AUDACIA POÉTICA
Y SENTIMENTAL COMPARECENCIA


De entre los argumentos más útiles y convenientes, por necesarios y ventajosos, para reseñar con cierta garantía de fidelidad cualquier iniciativa poética o artística, e incitar justamente a su más aproximada y correcta interpretación, será el de señalar los rasgos de originalidad y audacia en su decisión, propósito y dinamismo creativos presentes en la obra en cuestión. Diremos que no es muy frecuente encontrarse con una producción lírica en la que el verso y la prosa fluyan con total naturalidad, sin perder un ápice el espíritu y la actitud poéticos y, lo que es aún más complicado, sin decaer en ningún momento esa suerte de melodía (métrica y anímica) que caracteriza la estructura versal al uso, me refiero al verso convencional, tanto en composiciones estróficas isosilábicas como anisosilábicas;1 aún más singular resulta cuando, nos encontramos la denominada prosa poética, entre diversas composiciones nadando, tan a la sazón con el verso medido y su razón métrica en combinación singular para alcanzar la organización unitaria de poemas que componen este libro. Situación esta señalada que aumenta con nuevos testimonios mi argumentario, y el de autoridades relevantes,2 en relación a que los múltiples recursos del verso y del discurso poético están lejos de ser agotados 3. Y que las distancias entre la prosa y el verso, cuando verdaderamente poéticos, mantienen carta de particular naturaleza.
Cuando Aloysius Bertrand4 ensayaba con éxito, en los inicios de la prosa poética, sus composiciones, trazaba ya un camino que no habría de tener retorno para mayor gloria de la poesía. No en vano El Spleen de París, de Baudelaire, o las Iluminaciones de Rimbaud hollarían con rastro indeleble esta senda inaudita, mediante la que el Ocnos de Cernuda o la Pasión de la tierra alexandrina encontraron en nuestra lengua ejemplares muestras de originalidad. A mí, que soy un raro, y que, con toda modestia, me fascinan las cuestiones que derivan de la estructura y materia del poema (que es decir del lenguaje poemático), y de las que he hablado muy humildemente en diversas ocasiones,5 no puedo sino referirme al observar este poemario, y al hecho de que el dinamismo y complejidad estructural del poema son fiel reflejo del decir y del sentir del verso y de la composición poemática. No es este proemio lugar para hacer un estudio comparativo del verso y de los poemas en prosa que pueblan este En las olas de tus ojos, de Mara Romero Torres, pero sí para hacer una admonición conveniente para el lector atento, a saber que, las distancias, no son ni con mucho infranqueables, pues beben de las aguas comunes de la más sentida, sincera y delicada creatividad al servicio de una expresión poética altamente justificada en el amor mismo a la poesía. Por eso son tan naturales las transiciones de una a otra composición poética en este libro.
Aquella romántica (recuérdese a Los Mártires de Chateaubriand) queja –a mi juicio injustificada- de la rigidez métrica de la poesía medida, hizo pensar ingenuamente que la estética de lo absoluto6 no era posible sin la ruptura con el metro, como si aquella prosa del poema careciese de estructura rítmica y de especiales entresijos dinámicos característicos, perfectamente descriptibles, en su siempre insólito funcionamiento. Me parece evidente en este libro de poemas, en el que juegan tan armónicamente el verso y la prosa (especial poemática) que no existen fronteras precisas, con rigor inamovible trazadas, entre unas estructuras y otras, pues beben de las mismas fuentes líricas y sentimentales de nuestra poeta, y porque ni siquiera estructuralmente están tan distantes. Pero insisto, no es este espacio para disquisiciones de esta índole, aun cuando sea necesario su apunte para el mejor entendimiento de este conjunto delicado de poemas.
Que la metáfora y el símbolo circulen con sencilla pero precisa disposición a lo largo de los versos que pueblan tan ricamente este En las olas de tus ojos, debe ser asunto en modo alguno nada desdeñable para su mejor paladeo y fruición. Si, al principio, estas cuestiones de fondo y forma (siempre íntimamente enlazadas) de este libro puede pasar casi de puntillas por la atenta mirada incluso del lector avezado de poesía, será por la intensa entrega de su autora al rasgo sentimental de sus contenidos, comparecencia audaz, sin duda, porque abre al exterior componendas íntimas para el corazón fraterno, que así debe ser siempre el del lector de poesía. Mas es fundamental incidir en estos valores de estructura y de fondo poéticos, pues son los que, con su construcción, agrupamiento y manifestación originales los que, al fin y a la postre, investirán aún de más sentido estos poemas.
 Franqueza, sinceridad, espontaneidad vital, que hacen que este libro se resuelva, en principio entre las manos del lector, como una correspondencia abierta y natural donde fluyen las emociones más íntimas, pero también más necesitadas de ser compartidas. La complicidad con el mundo poético de Mara Romero Torres será, pues, elemento esencial para el adepto a la literatura de hondas convicciones sentimentales. El sentimiento como el más macerado y dilecto fruto de las atribuciones humanas.
El mar será el marco perfecto donde encuadrar el inaudito caudal de un alma que desborda emociones aquilatadas por la experiencia vital de una mujer ejercitada en la adversidad, mas siempre estimulada por la sensible impronta de un corazón abierto al amor, a la belleza, y a la manifestación integradora de ambas más sutil y perturbadora: la poesía.
La sensible, sensitiva cotidianeidad que desbordan estos versos se ve amparada por el colector supremo de todo espíritu sensible: la naturaleza. Panteísmo personal unas veces, otras pansiquismo profundo y enamorado que pone alma en cada objeto que conforma el paisaje, como aditamento genuino y espontáneo que constituye una parte más de una naturaleza vívida y consciente de su sentir decepcionado, pero en virtud de esta decepción, abierto a la verdad de la que tan solo puede ser partícipe la belleza y su ostentación más sutil, profunda, delicada y auténtica en el acto creativo: la poesía.
Por eso, el amado, corpóreo o intangible, debe ser portador de lo hermoso conseguido en la contemplación pura, inocente y exenta de cualquier engaño que supone ver las cosas con los ojos del amor y de la poesía:

Todo lo que te rodea es bello:
Bello como el misterio del color de la rosa que aún no ha nacido;
bello como el plumaje del pájaro que aún no se ha vestido;
bello como el recibimiento que la noche le hace al alba;
bello como el perfume de la tierra acariciada por el agua;
bello como la danza de las hojas en la sinfonía del viento;
bello como el vientre fértil que gesta una vida dentro;
bello como el sabor prohibido que en la manzana hace impacto;
bello, amado mío, como el eterno suspiro que el aire conserva
                                                                                           [intacto.7
                       
Es por todo esto, en fin, que ante estos versos de Mara Romero Torres, no puedo sustraerme ante la prueba de que es posible un neoplatonismo poético que vibra vívido y libre, original, no obstante, entregado y siempre sencillo, y transparente para el que quiera detenerse un instante a contemplar lo eterno de la genuina realidad, la que merece la pena de tenerse en seria consideración, puesto que es la que todo lo sustenta.
Si todos Todos los seres tienen su existencia por el Uno8, será en el amor que se contempla, pluriabarcador y que en el alma confluye como realidad única y diversa. Las tres hipóstasis plotinianas (el Uno, el Nous y el Alma) subyacen en estos versos como un mensaje señero, inconfundible, completo y unitario. El amor, como afinidad entre los seres, adquiere aquí un valor singularmente intenso, compasivo, pues va unido al concepto del Bien y de la Belleza y, si estos son ciertamente las vías insustituibles para alcanzar la verdad, será la consagración de esta evidencia la
seguimiento y comprensión a través de estas páginas, pues son muestra ideal del vehículo irremplazable que es el impulso creativo selectamente signado, y unido a la verdad por obra y gracia del verbo poético.




Francisco Acuyo



1. Me refiero a las composiciones regulares de versos o las que muestran
distinto tipos de versos en su composición estrófica.
2. Recuérdese la figura de Tomás Navarro Tomás a este respecto.
3. Acuyo, F.: Las cuentas del perenne poético: Del Arte y Ciencia Métrica,
aproximaciones (y epítome) de versificación española. En prensa.
4. Bertrand, A.: En su Gaspar de la Nuit.
5. A parte del título anterior véase: Fundamentos de la proporción en lo
diverso, 1ª edición Universidad de Granada, 2007, y el mismo título en
2ª edición ampliada en Jizo ediciones, Granada, 2009.
6. De raigambre claramente romántica.
que se nos muestre para su mejor
7. Del poema de este libro titulado: Todo lo que te rodea es bello.
8. Plotino: Enéada: Sobre el bien en el Uno. Gredos, Madrid, 2002.





Mara Romero Torres: En las olas de tus ojos.Ancile


POEMAS





TODO LO QUE TE RODEA ES BELLO







El incansable murmullo de la noche busca refugio en el recuerdo.
Las redes de la memoria parecieran estar impregnadas de un
viscoso alquitrán salino que pugna por lo venidero, reclamando
a voluntad abierta sobre un ciclo que debe cerrarse.
De la dársena del alma, emerge el corazón que antaño puse
a buen recaudo y el tiempo que todo lo muta hace tu imagen
[gigante.
Todo lo que te rodea es bello:
Bello como el misterio del color de la rosa que aún no ha nacido;
bello como el plumaje del pájaro que aún no se ha vestido;
bello como el recibimiento que la noche le hace al alba;
bello como el perfume de la tierra acariciada por el agua;
bello como la danza de las hojas en la sinfonía del viento;
bello como el vientre fértil que gesta una vida dentro;
bello como el sabor prohibido que en la manzana hace impacto;
bello, amado mío, como el eterno suspiro que el aire conserva
[intacto.







MATERIA SIN PASOS





Está a punto de amanecer y mi cuerpo se sumerge en el mar.
Para todo hay una primera vez y me deslizo en el último reflejo
de luna, fundida en los instantes del preámbulo a la alborada.
No hay barreras en el azul que me transforma en sirena
clandestina ni ambiciono posesiones fortificadas ni fortificables.
Más allá de los muros que limitan la grandeza, respiro
el pertenecer al ágil tesoro de los elementos.
Tengo el don de formar parte del Todo en la existencia y
al mismo tiempo ser el minúsculo compendio de la tierra, el
agua, el aire, el fuego.
Soy la materia sin pasos en un agua que no deja huella, la
hermana de un mar impoluto que va disolviendo mi estela.





Mara Romero Torres, de "En las olas de tus ojos"







Mara Romero Torres: En las olas de tus ojos.Ancile



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