lunes, 11 de junio de 2012

FANNY GARBINI, EN POETAS INVITADOS


De la poeta argentina recientemente desaparecida Fanny Garbini Téllez, ofrecemos en la sección Poetas invitados del blog Ancile, una semblanza personal y poética en su homenaje. De la mano de Jennifer Moore, también poeta y compatriota, un poema como sentida dedicatoria a su singular memoria de mujer entregada a su vocación didáctica y creativa. Quede pues, en este espacio nuestro (vuestro) este apunte de admiración y ofrecimiento.



Fanny Garbini, en poetas invitados, Ancile




FANNY GARBINI, EN POETAS INVITADOS





Fanny Garbini, en poetas invitados, Ancile

BREVE BIOGRAFÍA DE LA POETA
FANNY GARBINI TÉLLEZ (1933-2012)



Nacida un 19 de Mayo en Quilmes, Provincia de Buenos Aires, madre de dos hijos, María Isabel y Pablo Ariel, Profesora de Lengua Castellana, ejerció como docente en Buenos Aires y Bahía Blanca. Con un vasto dominio del idioma Inglés, fue una lectora constante de las obras clásicas de la lengua anglosajona y de las hispanas, que enseñaba en las aulas con gran dedicación.
De su obra poética, que inició siendo niña y cuyos manuscritos se perdieron, dice:”Escribo desde muy pequeña, a mi madre, a los ocasos, al mar, a la luna, a la noche, al amor, al dolor, a la soledad, a la muerte. Sobre todo al amor. Más tarde, llevé al papel los infortunios de mi matrimonio... todo ese material fue destruido.”
Fanny Garbini Téllez ha publicado gran parte de su obra poética en formato digital en diversos círculos literarios y redes sociales. Fue distinguida en dos oportunidades por el Centro Cultural de Poetas Latinos, dirigido por el poeta Dr. Rafael Mérida Cruz Lazcano, desde California (USA).
Publicó dos poemarios en papel, Luna de Noviembre, con prólogo de la poeta argentino- estadounidense  Jeniffer Moore, en la Editorial El Taller del Poeta, Pontevedra (España) 2002. Y  Racimos Azules,  en El Taller del Poeta, del escritor y editor Fernando Luis Pérez Poza, en Pontevedra (España) 2003. 
Fue miembro del Salón Literario “Mario Laquinandi” en Bahía Blanca y del Taller Literario de la escritora Cristina Villanueva, en Buenos Aires.
Por espacio de algunos años incursionó en la radiofonía, primero como co-conductora y luego como productora y conductora de programas para la difusión de la cultura, en emisoras FM locales.
Formó parte del Equipo de redacción de la Revista Literaria Poetas 2000, dirigida por el poeta cubano Nelson Jiménez Vivero, desde Miami, Florida USA y tuvo a su cargo la Sección Lengua y Habla.
En los últimos años de su vida se estableció en su residencia de Palermo Viejo, en la capital del país, donde continuó participando en actividades literarias hasta la última hora.
Fanny Garbini Téllez deja una huella imborrable en su paso por la vida, dueña de un espíritu afable, de una sólida formación académica, con profunda convicción en los valores humanos. Comprometida con la tarea educativa más excelente, dedicó su vida a la enseñanza de la Lengua y la Literatura hispana, y como poeta de notable sensibilidad y gran conocimiento del oficio, su legado y ejemplo la convierten en  una estela de luz que, sin duda alguna, alumbrará a las generaciones venideras. 




A MODO DE POÉTICA




Racimos Azules
Fanny Garbini Téllez
El Taller del Poeta – Pontevedra, España 2002


Prólogo
Por Dr. Nelson Jiménez Vivero[i]

En Racimos Azules la distancia y la soledad son planteadas como desgarrantes experiencias que enriquecen el espíritu. Distancia repartida entre voces lejanas y voces ya ausentes del mundo de los vivos. Fanny Garbini abre en este libro ventanas hacia sus espacios más íntimos, sus dolores, sus recuerdos, sus fantasías. Lo hace solemnemente desde el dolor consecuencia de todo lo que ya no está.
 Garbini emplea en muchos de estos poemas el difícil recurso de la enumeración; en Falso Soneto, por ejemplo para ampliar el significado de la expresión “ya para qué”, en Latigazo enumera condicionales y sus respuestas. Encadena así metáforas precisas con un ritmo marcado matemáticamente.
La muerte vuelve una y otra vez, como una pesadilla. La muerte como elemento separador de los afectos, como punto culminante de la alegría, como indicio inevitable y feroz que amenaza lo viviente. Este álgido concepto es presentado por Garbini en este libro con rabia y negación.
Esta poeta melancólica y rebelde realiza un viaje desde lo cotidiano hasta lo trascendental, y nos lleva a su lado. Observando a partir de su percepción; nos conduce,_ es verdad_ a su mundo; pero de modo tal que repentinamente el lector descubre que ese laberinto es también suyo, “(…) Pronto seremos hojas,/ pámpanos de acerada luna/ golpeando contra ese muro de miedo/ cuando se apague la última señal/ que diga al mundo que seguimos vivos./(…)”
El surrealismo de La hora de los Espacios, la ofensiva en Rebeldía, la introspección en Divagares, forman un triángulo que a mi juicio, establece un patrón formal representativo de la primera parte de Racimos Azules.
Un punto de giro hacia la felicidad del amor posible, a partir del poema a su querida nieta Guadalupe, Tizón y Tizas, muestra otras aristas vivenciales de la autora. Sin embargo, a saltos el tono elegíaco retorna y como un eco se pronuncia en Por que no puedo olvidarte y Preguntas que queman.
Finalmente, los poetrix cargados de pequeñísimos enigmas son un juego interesante donde se combinan dulzura y sorpresa.
Fanny Garbini es una poeta franca y espontanea, serena y convincente. Racimos Azules lleva consigo  parte importante de la esencia de una mujer que no descansa en su afán de dar a luz cada día sus pequeñas grandes estrellas.

Nelson Jiménez Vivero
Miami, FL USA Julio de 2002



Fanny Garbini, en poetas invitados, Ancile


POEMAS





VUELVES A MI COMO LA LUNA





Vuelves a mí, como la luna de Noviembre
diamante en el color de naranja inmadura,
inmerso en un azul de noche sin distancia.

Vuelves aleteando cenizas sepultadas
en la profundidad de los volcanes,
sofocado entre rabias y pesares.

Regresas numeroso en la bruma
con el aliento triste del herido,
del que se sabe preso de otro aliento
imprudente, sin reclamos.

Yo me sé pasajera de tu barco sin rumbo
y tú, el huracán sin calma de mi noche.

Te hallaré  en la luna, lima limón creciendo,
recógeme en la orilla donde muere la noche,
como la espuma nívea, me esconderé en tus manos.


………………………



TOCAR EL VIENTO




Quiero tocar el viento
que desliza la niebla.
 Quiero tocar el viento
desde el vértice erguido
donde posan las águilas.
 Y pespuntear las nubes
con la pálida hebra
de los sueños truncos.

Quiero tocar el viento
que apura golondrinas
sobre  aires azulados,
estirarme hacia la luz
detrás del llanto.
Doblada en dos,
quiero tocar el viento.

Debe tener la misma
suavidad de la muerte.
……………….

Lloré bajo la lluvia

Lloré bajo la lluvia
Confundíanse mis lágrimas y el agua.
Sólo el cielo sabía que lloraba.
Lloré desangelada y mustia
mi amor, tu desamor, lloré la vida.
Sacudía mi cuerpo la congoja,
aquel dolor, el vértigo, las ansias
esa infértil espera de esperarte,
de volver a tus brazos
-tenazas de ternura-
en un viernes azul, pretérito, perdido
sin aplazos ni avisos.
Sólo el cielo sabía que lloraba.

…………………………………..


PRETÉRITO PERFECTO



Llenabas la grieta taciturna
de los días sin horas,
el hueco de la rama
donde asentara un nido,
los desniveles y túneles
olvidados en la arena
por las diurnas espumas.

El vacío implacable
del domingo,  llenabas
para mi soledad.
El litoral de la noche
con el ardor crocante
de tu pan en mis manos.

Llenabas los veranos del aire
con un diluvio de  azules.
En la magnificencia
del placer. Conjugados
partidos, brillantes.
 Un pretérito perfecto
que se durmió en mis ojos.

……………………

DE LUNA Y VINO



Nos arrancamos la luna de las manos
con infinita  sed,
el cuerpo encendido
y el alma en espera.
Sin piedad por el reclamo mutuo,
en un atardecer umbrío
fragmentamos en esquirlas de hielo
el  gemidos solitario.
Nos negamos juntos,
llameantes y armoniosos.

¡Reflexionamos tanto!
Reniego de mi cobardía. Y de la tuya.
Nuestro perfil, sepultamos
desnudo en el espejo,
oculto tras su luna charolada.
Y sin tocarnos. Sin sentirnos.
Quería ser habitada por tu luna
en la gruta de frescos manantiales.
Esperé (como tú) el vino de las dulces vides.
No hubo lunas ni vinos. Sólo miedo
y esa lluvia incesante en el tejado.

Un reloj da las tres. Mueve el viento
las ramas del aromo.
Lloro mecida por susurros de agua.

………………..



DE SOMBRAS Y HUMEDAD




Atrasaré el reloj,
haré una marca en la mitad de la escalera,
dispondré siete rosas en la cama
desandaré el camino de la lluvia.

Porque he cruzado el puente
al que todos temían
en mi oxidado tren de cambalache,
decapitando sueños con décimas de lata,
desubicando manos y pies
y huesos en crepúsculo.

Por ojos llevo dos monedas de luna,
por brazos, cortezas deslucidas
extenuada la sangre, intoxicada el alma
de esa sustancia oscura llamada soledad.

Por eso, este domingo de otoño anticipado
destrabaré la vieja ventanuca
del altillo guardador de esperas,
y plegaré las cortinas de los ojos
ante ese húmedo fulgor del alba.
Me asomaré por ella, al mundo que no mira
atardeceres sin gloria,
a la quimera de la dulce palabra
al soplo fugaz del ángel de la vida.
Ya sin  relojes y con siete rosas
viajo en retorno a la simiente
de sombras y humedad.



                                             Fanny Garbini Tellez







PROSA

NOCHE VIEJA



Puedo sentir que el desvelo obligado de la Noche Vieja cargado de ausencia se instala en este Buenos Aires húmedo y caliente, donde he recalado hacen setenta y dos horas, huyendo de las esperas angustiosas y solitarias del Nuevo Año. En otra casa, con otra gente, supuse que mi estado de ánimo cambiaría.
Creí que, dando vuelta la escena, se atenuaría en algo esta tristeza que me persigue donde vaya. Quise alejarme del escenario donde por última vez, actuamos juntos. Quise olvidarme un poco de ti y de mí, y del cuento interrumpido que narramos esperando el aplauso final de esa inmensa platea mal llamada mundo.
Pasaron ya tres días de este Buenos Aires agitado e indiferente, y todas las caras son iguales;  atento cada uno a mirarse a sí mismo, y no hacia adentro, precisamente. Buenos Aires de días caldeados en temperatura y ansiedad sin alivio, ausente de respuestas. Poblada por ojos descoloridos y pupilas fijas, como profundos y oscuros conos invertidos que apuntan a la nada.
Treinta y uno de diciembre. Noche Vieja. Salgo al balcón de un octavo piso en Austria y Juncal, en pleno Barrio Norte. Las calles han quedado desnudas de colores y huecas de sonidos. En otros balcones, los de enfrente, los de al lado, tenues cendales blancos semiocultan la intimidad de las cenas tardías y apuradas para llegar a tiempo. ¿A qué tiempo? ¿A tiempo de qué? (Sólo concibo el apuro cuando el amor da sus golpes en la puerta).
Ya son casi las doce. Los fluidos de esta noche me envuelven en su mágica fragancia y evocan la última función en vivo que ofrecimos. Actúa en mis sentidos como indeseado hipnótico. Quisiera dormir y es imposible. Vuelven a mí las sensaciones aún latentes de un comedor en todos sus brillos de cristales, ornado con cintas y globos navideños.
En él, un pequeñito mundo; media docena de almas esperando copa en mano, la inminente aparición del Año Nuevo. Desde las cabeceras opuestas de las mesas, bordeándolas sin prisa, nos fuimos acercando. Nuestro brindis fue dulce y el abrazo.
De pronto, bajo tus ojos verdes y tu pelo blanco, un frío de serpientes pegajosas me recorrió la espalda.  ¡Así se me anunció tu muerte!
Pegué mi cuerpo al tuyo. Estaba helada y lo atribuiste a la emoción de la fiesta. Y las risas seguían y temblorosa  me plegué al festejo.
Supe que era el último telón que bajaríamos. La noche vieja había muerto. Pasaron solamente dieciséis días de Enero y te fuiste  muy temprano. Aún el telón sigue cubriendo una tarima vacía de nosotros y ha pasado un año sin colores.
Vuelvo mi soledad y la mirada a este balcón y a las sirenas, la música que sube hasta rozar los destellos de las farolas, tocando el burbujeante colorido de los fuegos artificiales en medio de la noche. ¡Cuántos matices insospechados se recortan en la fantasmagoría sideral de los recuerdos!



                                                                                                        Fanny Garbini Téllez



ELEGÍA EN AZUL



A la poeta argentina Fanny Garbini Tellez, en su partida
 Miami, FL – USA   Mayo 2012.



Ya habitas el azul sobre el pinar en calma
y el mundo se detuvo en tu nombre.
Somos como las hojas
que por un tiempo penden de los árboles
aguardando  la 'mano de nieve'
que deslice en el arpa, serena
algunos versos de cielo.

Ya habitas el azul, ahora puedes
viajar a cualquier parte inasequible.
Puedes estar aquí, en mi jardín,  reunida
entre el clamor cotidiano de las rosas,
posarte en los jazmines, jugar con las gardenias
y descorrer la cortina vaporosa del helecho
 en el silencio abrumador que me rodea.
Subir, ancha y fecunda sobre mi pobre alma
con tu  sonrisa de lilas y junquillos.

Ya habitas el azul, ya no te cubres
con la manta del tiempo.
Tus ojos paridores de  luciérnagas
ahora están henchidos por la altura.
Puedo tocar tu verso, acariciar tu llama
como jamás lo hice,
saberte más cercana en esa nube.
No nos separarán entonces, los caminos
el aeropuerto se deshizo en llanto.

Del sur, anticipadas
han llegado un millar de golondrinas.
¡Que me traigan tu voz, rama de olivo
florecida  a destiempo y en la hora
en que la brisa canta a tu hermosura!
¡Ay, cómo nos sigue la muerte y arrebata
algún pájaro herido, en su carruaje fétido
y lo ofrece como un botín en la frontera!

Pero ya habitas el azul
ya nadie puede desgarrar los hilos que tejiste
al incienso sutil de las pasiones.
Un cortejo de águilas saluda,
el tulipán glorioso y las violetas callan
enluteciendo  el manto pétreo de tu ausencia.

                                                

                                                                    Jeniffer Moore








[i] Nelson Jiménez Vivero es escritor, periodista y médico de origen cubano-americano, autor de varios libros de poesía y Cuento. Sus obras recientemente publicadas son El Inestar I y II  y Mariposas Nocturnas. Es Director y conductor de la Emisora Radial Punto Y Seguido Radio en Miami de la Editorial Voces de Hoy la la Revista Literaria Entre Líneas. Contacto: neljimvi@hotmail.com



Fanny Garbini, en poetas invitados, Ancile

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