martes, 30 de agosto de 2011

LUIS DE GÓNGORA: EPÍTOME DE VERSIFICACIÓN ESPAÑOLA: EL ENDECASÍLABO VI

Luis de Góngora, el endecasílabo, Francisco Acuyo


Y, al fin, cerramos esta sección dedicada al endecasílabo para nuestro Epítome de versificación española, con el soneto 34 (según la edición de Biruté Ciplikauskaité, de los sonetos completos en Castalia) y análisis del mismo, del gran D. Luis de Góngora.








LUIS DE GÓNGORA





SONETO 




  A don Fray Diego de Mardone, Obispo de Córdoba,
  dedicándole el maestro Risco un Libro de música




Un culto Risco en venas hoy suaves
concentuosamente se desata,
cuyo néctar, no ya líquida plata,
hace canoras aun las piedras graves.

Tú, pues, que el pastoral cayado sabes
con mano administrar al cielo grata,
de vestir, digno, manto de escarlata,
y de heredar a Pedro en las dos llaves,

éste, si numeroso, dulce escucha
torrente, que besar desea la playa
de tus ondas, oh mar, siempre serenas.

Si armonioso leño silva mucha
atraer pudo, vocal Risco atraya
un mar, dones hoy todo a sus arenas.







Esquema métrico:



Un culto Risco  en venas hoy suaves
––––––2ª——4ª———6ª—8ª–—10ª
concentuosamente se desata,
————(3ª)—6ª———10ª
cuyo néctar, // no ya líquida plata,
1ª——3ª——–––6ª–(7ª)—10ª
hace canoras // aun las piedras graves.
(1)ª——4ª——(6ª)——8ª——10ª


Tú, // pues, // que el pastoral  cayado sabes
   (1ª)—————————6ª—–8ª——10ª
con mano administrar al cielo grata,
———2ª————6ª——8ª—10ª
de vestir, // digno, // manto de escarlata,
——(3)ª–––4ª———6ª————10ª
y de heredar a Pedro en las dos llaves,
————4ª—6ª————(9ª)—10ª

éste, // si numeroso, // dulce escucha
(1ª)—————6ª———8ª——10ª
torrente, // que besar desea la playa
—2ª—————–6º——8ª——10ª
de tus ondas, // oh mar, // siempre serenas.
———3ª————6ª—(7ª)———10ª


Si armonioso leño  silva mucha
   ———––4ª—6ª—–8ª———10ª
atraer pudo, // vocal Risco atraya
—2ª—(3ª)———6ª (7ª)——10ª
un mar, // dones hoy todo a sus arenas.
——2ª——(3ª)-(5ª) -6ª————10ª



LOS VERSOS ENDECASÍLABOS que se ofrecen conforman la relación siguiente en el poema: establece una estructura versal (soneto) que vierte la distribución de verso y rima que sigue: catorce versos —arte mayor— endecasílabos con rima consonante que obedece a la distribución de dos cuartetos con rimas ABBA ABBA, y dos tercetos con rimas en la distribución siguiente: CDE CDE.

Verso primero: acompasado y rítmico verso (característico ritmo bimembre, en cláusulas yámbicas), endecasílabo yámbico con acentos en 2ª, 4ª,  6ª, 8ª y 10ª: Un culto Risco en venas hoy suaves; que ofrece en su equilibrio de manera admirable, el singular contraste con el 2º verso a través de un rápido y precipitado deslizamiento.

Verso segundo: la atonía inicial del poema se vierte, diríase, para hacer deslizarse el contenido de las venas del Risco que describe, mas, tan dinámicamente, que la acentuación en 6ª y 10ª dan claro testimonio: concentuosamente se desata, se diría, además, consagrarse para continuar al verso siguiente, cosa que, por otra parte en modo alguno sucede (no hay encabalgamiento), ya que establece una pausa acentuada no sólo por el final (pausa obligada) de verso, también por la coma. La diéresis aporta el elemento definitivo de aceleración y movimiento: concentüosamente que, se detendrá en el final del verso (acento latente en 3ª sílaba) dando una plasticidad inaudita al verso que, tan expresivamente, parece dar cauce y forma al líquido que corre y avanza en contraste extraordinario.

Luis de Góngora, el endecasílabo, Francisco Acuyo
Verso tercero: el endecasílabo que ofrece este tercer verso es de una dureza extraña, se vierte con acentos en 3ª, 6ª, 7ª y 10ª sílabas: cuyo néctar, no ya líquida plata, cuya acentuación ¿irregular? se hace manifiesta. Los acentos tensionan o desequilibran expresivamente el discurso y movimiento del verso, así el contraste de acentuación en 3ª y 7ª, recayendo precisamente en la palabra líquida, nos parece que alcanza un colosal sentido de lo intenso y vivo manifiesto precisamente en la no linealidad métrica del verso; así, moviendo y aquietando (entre comas) el verso y el contenido del mismo. Cesura en la 3ª sílaba. Latencia acentual en 1ª sílaba.

Verso cuarto: el endecasílabo a minori (sáfico) con acentuación en 4ª, 8ª y 10ª sílabas: hace canoras aun las piedras graves, ofrece latencia acentual en 6ª, la cual mantiene el ritmo binario con la tendencia yámbica que se ve interrumpida al inicio del endecasílabo con una acentuación de incitación en la 1ª sílaba, que sirve nuevamente de contraste para poner énfasis al movimiento del verso y del cuarteto.

Verso quinto: nuevo hallazgo métrico de particular contraste en este verso, que vierte acentos rítmicos en 1ª, 6ª, 8ª y 10ª: Tú, pues, que el pastoral cayado sabes; el acento en 1ª sílaba, de incitación mantiene el movimiento expresivo del inicio del segundo cuarteto, en íntima relación rítmica con el primero. Enlaza con el verso siguiente en otro rápido encabalgamiento que no hace sino dar fe del dinamismo y naturaleza del verso.

Verso sexto: endecasílabo a maiori (6ª y 10ª, heroico), con acentos rítmicos en 2ª y 8ª sílabas, que indican una inclinación bimembre: con mano administrar al cielo grata; la distensión oracional (hipérbaton violentísimo) incrementa la violencia y contraste de movimientos rítmicos del verso.

Verso séptimo: nuevamente hipérbaton violento que, en el verso (endecasílabo a maiori, 6ª y 10ª, con acento de equilibrio –rítmico– en 3ª ofrece un tipo heroico): de vestir, digno, manto de escarlata, mantiene un discurso extremadamente impetuoso acentuado con la tonicidad extrarrítmica o de incitación de dicho movimiento en la sílaba 3ª. Doble cesura en 3ª y 5ª sílabas.

Verso octavo: el cierre de los cuartetos en este verso lleva el movimiento al verdadero paroxismo en un endecasílabo de acentuación rítmica o de equilibrio en 4ª, 6ª y 10ª, mas con la conjunción del acento 10ª de la pausa versal en tensión con el de 9ª: y de heredar a Pedro en las dos llaves, cuya violencia extrema el dinamismo, complejidad y movimiento no lineal de su ritmo.

Verso noveno: no satisfecho con el violento y contrastado discurrir versal y rítmico de los cuartetos, inicia los tercetos con disposición no menos controvertida y dinámica. La atonía de la primera parte del soneto intenta apoyarse con los acentos rítmicos en 6ª, 8ª y 10ª: éste, si numeroso, dulce escucha; mas el «acento de incitación dinámica» (extrarrítmico) exacerba el movimiento para acabar precipitándose con total violencia en su deslizamiento abrupto al siguiente verso, mas apoyado por otro hipérbaton extremado en la intrincación de su sintaxis. Acento de incitación, como decíamos, en la sílaba 1ª.

Verso décimo: extraordinario modelo de aquietamiento de la violenta exacerbación de los versos anteriores; viene a morir el torrente tras el deslizamiento (encabalgamiento) del verso anterior en este otro que calma, tras la coma, en un acompasado ritmo binario (de cláusulas yámbicas) en una apacible acentuación de 2ª, 6ª, 8ª y 10ª sílabas (endecasílabo a maiori): torrente, que besar desea la playa; la concentración en una sola sílaba (sinéresis) en un sólo acento (8º) de las vocales e-a: des(ea) enfatiza la sensación de aquietamiento para, posteriormente, volver a correr el líquido rítmico y poético en el encabalgamiento del verso hacia el siguiente: desde la playa / de tus ondas. Cesura en la 2ª sílaba acentuada.

Verso undécimo: he aquí que se diría culminar el trasegado discurrir rítmico de buena parte de los versos anteriores en un endecasílabo de equilibrada o rítmica acentuación en 3ª, 6ª y 10ª (a maiori, heroico), y el ritmo binario de la primera parte del verso: de tus ondas, oh mar, siempre serenas.; perfectamente acompasado por las pausas que marcan los acentos y el punto y final del terceto. Nuevamente doble cesura en 4ª y 6ª sílabas.  Acento de tensión en la 7ª sílaba.

Verso duodécimo: mantiene la solicitud rítmica (métrica) y de equilibrio con un endecasílabo en 4ª, 6ª, 8ª y 10ª sílabas: Si armonioso leño silva mucha; cuya melodía parece que quiere diluirse en los versos siguientes mediante el deslizamiento al verso decimotercero.

Verso decimotercero: mas, de manera inesperada, entre acentos en 3ª, 4ª, 6ª, 7ª y 10ª: atraer pudo, vocal Risco atraya, convulsiona de nuevo el poema. Los acentos en 7ª, de tensión o de ruptura de equilibrio y el 3º, de incitación vienen a corroborar este hecho. Añádase la conjunción de vocales (sinéresis) sobre el acento en 3ª fuera de ritmo (sílaba impar) a-e, atr(ae)r para apuntalar con más firmeza aún el desequilibrio de dicho acento. Mas, no queda ahí toda la extraordinaria fuerza expresiva del verso que se ve acentuada por la dialefa Risco__atraya y el encabalgamiento al último verso donde, esta vez sí, viene a morir definitivamente el poema. Cesura en 4ª sílaba.

Verso decimocuarto: la sorpresa no ha de quedar todavía del todo expuesta ya que el poeta culmina el poema con un tan extraño como extraordinario último verso que manifiesta, en su atonía final la resolución del sentido y la forma, mas inseparablemente unidos. Con acento rítmicos en 2ª y 10ª y un acento de incitación (extrarrítmico) en sílaba impar (3ª) que todavía mantiene el signo de sus contrastes anteriores: un mar, dones hoy todo a sus arenas; producen el desmayo final donde el torrente rítmico del soneto viene a descansar, finalmente, hacia las playas de un mar, en cuyas arenas generosas, duerme la sabia y dinámica ciencia de la poesía.

La conclusión en este primer soneto de D. Luis de Góngora que nos ocupa no puede ser sino de auténtico entusiasmo en tanto que la complejidad y dinamicidad métrica diríase llevar hasta el paroxismo. La no linealidad de su conformación estructural es patente, ya que responde a patrones verdaderamente privativos.

Decíamos que en métrica (no sólo en el ámbito de la matemática pura o aplicada) será muy conveniente considerar el orden y el caos como dos manifestaciones distintas de un determinado subyacente, y es que tendremos ocasión de comprobar que ambas muy bien no subsisten por separado. Muestra evidente de lo que decimos serían estos poemas del insigne poeta cordobés.
Del ritmo yámbico del primer verso perfectamente acompasado por acentos en sílabas pares, pasamos, rápida y abruptamente al verso 2ª cuya insólita atonía contrasta tan expresivamente con el anterior (acentos en la 6ª y 10ª sílabas, cabría considerar acento latente la 3ª sílaba), dotándolo de un movimiento extraordinario que acabará, con versos posteriores, por caracterizar esta manera de concebir el verso y la poesía.

El verso 3º muestra en este caso la tensión entre las sílabas 6ª y 7ª, que vuelve nuevamente a contrastar con los versos anteriores y posteriores con ritmo acompasado en las sílabas pares; acaso de nuevo agitados por los acentos de incitación (extrarrítmicos)  en los versos 4º y 5º, en la sílaba 1ª, o el del verso 7º, en su 3ª sílaba.

O en los versos 9º y 11º respectivamente, cuyos acentos de tensión darán nuevas y clarividentes muestras de su complejidad, así manifiestos en 9ª y 10ª, y 6ª y 7ª sílabas, cuya colisión no hace sino alimentar nuestros propósitos expositivos y teóricos anteriormente expuestos. Se encontrará también la incidencia de acentos de incitación en los versos 7º y 9º, en las sílabas 3ª  y 1ª respectivamente.

Cerrará el soneto, al fin, con nuevas muestras de celeridad, retardo y, en definitiva, de movimiento no poco violento y, sobre todo harto expresivo, así el verso 13º y 14º, que manifiestan colisiones con los acentos de 6ª y 7ª sílabas y 5ª y 6ª sílabas, y que vienen a cerrar el poema con iguales  pero muy extraordinarias directrices.





Francisco Acuyo




Luis de Góngora, el endecasílabo, Francisco Acuyo

lunes, 22 de agosto de 2011

GARCILASO DE LA VEGA: EPÍTOME DE VERSIFICACIÓN ESPAÑOLA. EL ENDECASÍLABO V.


Del célebre soneto quinto de nuestro amado y siempre excelso Garcilaso de la Vega, ofrecemos el poema y su correspondiente análisis métrico. Con este poema y el siguiente que ya anunciamos, dedicado al maestro indiscutible del soneto en lengua española, D. Luis de Góngora, cerraremos esta sección dedicada al verso endecasílabo.


Garcilaso de la Vega, el endecasílabo, Francisco Acuyo





GARCILASO DE LAVEGA








SONETO 5





   Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escrebistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.


Esquema métrico:



Escrito está en mi alma // vuestro gesto,
–––––2ª—4ª—–—6ª———(8ª)—-10ª
y cuanto yo escribir  de vos deseo;
––––2ª—4ª———6ª——8ª—10ª
vos sola lo escrebistes, // yo lo leo
(1ª)––2ª–––––––6ª———8ª—10ª
tan solo, // que aun de vos me guardo en esto.
––––2ª–––––––——-6ª———8ª——10ª


En esto estoy y estaré // siempre puesto;
    —––(2ª)–––4ª———7ª–––(8ª)——10ª
que aunque no cabe en mí // cuanto en vos veo,
(1)ª—————-4ª—————6ª-(7ª)—–(9ª)-10ª
de tanto bien lo que no entiendo creo,
2ª——4ª——————8ª—10ª
tomando ya la fe // por presupuesto.
——2ª—4ª—6ª——————10ª

Yo no nací // sino para quereros;
(1ª)—–––-4ª—————––—10ª
mi alma os ha cortado a su medida;
––––2ª——4ª——6ª————10ª
por hábito del alma  misma os quiero.
––––2ª––––—6ª———–––––—10ª

Cuanto tengo confieso  yo deberos;
    (1ª)-3ª———6ª——8ª—10ª
por vos nací, // por vos tengo la vida,
––––2ª—4ª———6ª—(7ª)——10ª
por vos he de morir // y por vos muero.
—2ª—-(3)ª——-6ª————(9ª)-10ª




LA RELACIÓN DE VERSOS endecasílabos que conforman el siguiente poema establece un soneto cuya estructura versal y de rima es la siguiente: catorce versos (arte mayor) endecasílabos con rima consonante que obedece a la distribución de dos cuartetos con rimas ABBA ABBA y dos tercetos con rimas CDE CDE.

Verso primero: endecasílabo con ritmo binario y cláusulas yámbicas y acentuación rítmica o de equilibrio en 2ª, 4ª, 6ª y 10ª sílabas: Escrito está en mi alma vuestro gesto; a maiori, heroico o de cadencia en 6+4. No se hace sinalefa  en la sílaba sexta con la palabra mi__alma; fluye de esta manera en perfecto equilibrio y dinamismo el endecasílabo en su cláusula yámbica hacia su consecución expresiva. Distinguimos el acento de incitación en vuestro (según Navarro Tomás, no se acentúa, véase el antecedente poema y primer verso) que garantiza el flujo del ritmo binario (yámbico) en toda la extensión del verso y la perceptibilidad y congruencia del ideal descrito rítmicamente —en el gesto ideal de la amada— por el poeta. Cesura en 6ª sílaba.

Verso segundo: mantiene el mismo equilibrio y gracia rítmica y de dicción conceptual del verso anterior en base al mismo tipo de ritmo binario (cláusula yámbica típica del endecasílabo): y cuanto yo escribir de vos deseo; con acentos 2ª, 4ª, 6ª, 8ª y 10ª; también verso endecasílabo a maiori (yámbico); culmina, en fin, las intenciones del poeta aducidas en el primer verso. Se hace sinalefa sin ningún problema en yo_escribir, y se mantiene el movimiento equilibrado y plenamente cadencioso del verso y principio de la estrofa.

Garcilaso de la Vega, el endecasílabo, Francisco Acuyo
Verso tercero: endecasílabo a maiori nuevamente (6ª y 10ª sílabas) con acento en 2ª que hace mantener el ritmo binario yámbico del verso): vos sola lo escrebistes, yo lo leo. Sinalefa en lo_escrebistes que mantiene el flujo del ritmo dinámicamente, mas nos parece también que el vos en la 1ª sílaba (impar), con su sensación de retardo, de incitación, tiende a acentuar el hecho expresivo de la voluntad única por quien es posible el suceso de tal escritura ideal, vos sola lo escrebistes, ante la que el poeta sólo es mero observador emocional e intelectual pasivo. Encabalgamiento o deslizamiento abrupto, yo lo leo, hacia el cuarto verso, que enfatiza expresivamente su aceptada pasividad: tan solo. Cesura en la 6ª sílaba.

Verso cuarto: prosigue el deslizamiento del verso anterior nuevamente en el discurrir del ritmo binario yámbico, que completa un endecasílabo a maiori con acentuación 2ª, 4ª, 6ª, 8ª y 10ª sílabas: tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En la sílaba cuarta consideramos necesario observar especialmente la acentuación ante la sinalefa e-a-u que no rompe el equilibrio del acento (rítmico), y es que cae, precisamente, en sílaba par y no hace sino cerrar con perfecto equilibrio el primer cuarteto en la definición de ese retrato sublimado de la amada. Cesura en la 2ª sílaba.

Verso quinto: endecasílabo con acentuación rítmica en 4ª y 7ª sílabas: En esto estoy y estaré siempre puesto;  (4ª, 7ª y 10ª), no obstante del acento de tensión en 8ª que, nos parece, debe tenerse en cuenta por estar situado en sílaba par, quebrando el ritmo natural del verso, la previsión estaré, se hace expresiva y elocuentemente eterna, siempre; la segunda sílaba, esperando no pecar de sutileza, creemos que porta un acento de incitación (subsidiario) que, al romper también (sílaba par) la dinámica del verso, ejerce su función expresiva, con una repetición (aliteración) de la consonante t, en estoy y estaré…, cuyo demostrativo hace énfasis en la acción que atiende el poeta, siempre puesto.
Verso sexto: mantiene este verso una particular característica basada en la dureza manifiesta en la acentuación de tensión, en la sílaba 7ª y 9ª (anticadencia): que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, que entran en franca colisión (con la cadencia canónica y) con la estabilidad mecánica, digamos, ordinaria del verso que se ofrece en principio con una acentuación de equilibrio (rítmica) en 4ª, 6ª y 10ª (heroico). Además la sinalefa en la primera sílaba e a u advierte de una incitación al desequilibrio (acento subsidiario) en 1ª que debemos tener en cuenta en el verso, desde luego harto expresivo y que da muestras claras de la no linealidad del mismo, y todo ello manifiesto en el cambio de expresión del compás y su muestra inequívoca del dinamismo del verso. La sensación de plétora se concentra precisamente en la conjunción de dichos acentos: no cabe en mí_cuanto en vos_veo. Cesura en la 6ª sílaba.

Verso séptimo: verso con acentos rítmicos evidentes en 2ª, 4ª, 8ª y 10ª: de tanto bien lo que no entiendo creo, con apoyatura en 4ª  y 8ª que lo identifican como endecasílabo a minori (de cadencia 4+6).

Verso octavo: endecasílabo a maiori (heroico), 2ª, 4ª, 6ª y 10ª: tomando ya la fe por presupuesto, nuevamente con un claro ritmo binario (yámbico) dando el cierre de equilibrio deseado por sentencioso al cuarteto.

Verso noveno: verso que inaugura los tercetos: Yo no nací sino para quereros; la atonía del verso, con apoyatura en dos acentos rítmicos o de equilibrio, estimamos que nuevamente muestra la no linealidad y movimiento singulares del poema, acorde con la expresividad pretendida por el poeta, el cual muestra emocionalmente en este endecasílabo peculiar la consecución y entrega de la voluntad del poeta en pos del objeto amado. Es digno reseñar la incitación en la sílaba 1ª (yo) que no hace sino desmayar aún más la voluntad expresa del poeta. Apoyo del acento latente en sino.

Verso décimo: gloriosa manera de restaurar el equilibrio con un verso plenamente canónico, endecasílabo a maiori (heroico), con su típico ritmo binario (yámbico): mi alma os ha cortado a su medida; 2ª, 4ª, 6ª, y 10ª, que encuadra con grande elocuencia la sobriedad de la medida del sentimiento, si inspirado en el ideal proporcionado de belleza de la amada. No hace sinalefa en la 2ª sílaba, mi-alma, que sirve para mantener el equilibrio pretendido para la total extensión del verso.
Verso undécimo: mantiene el excelso equilibrio y proporción del endecasílabo anterior con igual estructura y método, verso a maiori (heroico) 2ª, 6ª y 10ª sílabas por hábito del alma misma os quiero; sinalefa, misma_os quiero. Cierre en perfecto equilibrio y eufonía del primer terceto.
Verso duodécimo: endecasílabo a maiori (heroico) -—6ª y 10ª sílabas— con apoyo rítmico en 3ª sílaba: Cuanto tengo confieso yo deberos; incitación dinámica en la 1ª sílaba que manifiesta y enfatiza expresivamente cuanto debe (todo) en virtud de la deuda de amor del poeta. 

Verso decimotercero: endecasílabo a maiori —heroico— (6ª y 10ª sílabas) y acentos en equilibrio —rítmicos— en 2ª y 4ª sílabas, por vos nací, por vos tengo la vida. Acento de tensión o de expresión en la 7ª sílaba con el que rompe de manera harto significativa el acompasamiento y equilibrio de versos anteriores, porque pone el énfasis precisamente en (vos) la persona amada como el centro capaz, tanto de genuino equilibrio como de distorsión y rara ruptura, todo lo cual no hace sino todavía más expreso el dinamismo de la naturaleza versal.

Verso decimocuarto: la apoteosis del poema llega en el último verso en virtud de la tensión expresiva de los acentos, ante todo del 9º en conjunción con el 10º de obligada pausa. También consideramos destacable otra confluencia de acentos en 2ª y 3ª que no hará sino iniciar la convulsión que, al pronto, gana equilibrio con el acento en 6ª, el cual, en conexión con el final en 10ª nos señala un endecasílabo a maiori, de cualquier forma muy insólita: por vos he de morir y por vos muero. Lo extraordinariamente sentencioso del poema viene precisamente regulado por la apostura rítmica en dichos acentos, lo que da fe, nuevamente, de la naturaleza no lineal ni mecánica del verso, del poema y de la poesía.

Estaremos, en conclusión, ante un nuevo soneto que, en su estructura (métrica) nuevamente nos refiere el carácter orgánico y totalizador del poema, así debe entenderse en virtud de todas las manifestaciones excepcionales y regulares reseñadas en nuestro análisis, precisamente en base a ellas es que se entienden gratamente (por efecto expresivo y estético) los acentos de tensión en los versos señalados, destacando el verso 6º: que aunque no cabe en mí // cuanto en vos veo, cuyos acentos en 6ª, 7ª,  9ª y 10ª sílabas, imprimen un carácter extraordinariamente expresivo y diligente al verso y al poema mismo. La conjunción de vocales e_a_u (sinalefa) del inicio de verso también concurren para que así sea.

Los contrastes producidos por el ritmo par (yámbico) en concurrencia con acentos de incitación en sílaba impar (versos 3º, 5º y 14º, por ejemplo), no hacen sino incrementar aquellos y por tanto su graciosa, compleja y vital movilidad, aun en el caso de la supuesta rigidez métrica y preceptual a la que se supone debe someterse de inicio el soneto.




Francisco Acuyo





Garcilaso de la Vega, el endecasílabo, Francisco Acuyo