martes, 10 de mayo de 2011

AFANASI FET: O ESE SONIDO ALADO




Me es muy grato introducir esta primera entrada sobre el extraordinario poeta ruso Afanasi Fet, (Afanasi Afanásievich Fet -Афанасий Афанасьевич Фет-), y lo haré en principio con un poema traducido por el excelente traductor del poeta de Novoselki, Joaquín Torquemada Sánchez, a la sazón profesor del Departamento de Lenguas Eslavas en la Facultad de Letras de La Universidad de Granada, y entrañable amigo con el que he tenido el placer de compartir ratos inolvidables de charla sobre poesía y cultura rusa, inductor indubitable de mi curiosidad hacia la literatura y sobre todo hacia la poesía rusa. Traductor de otros grandes nombres de la poesía rusa (Pushkin, Blok...) puede considerarse como uno de los nombres más importantes en lengua española en la difusión de la poesía en la lengua de Chejov, véase su versión de poemas llevada a cabo en ediciones el Orto (1999), o el poema extraído para la ocasión del libro en conmemoración del Año de Rusia en España y de España en Rusia, en primorosa edición hecha en Moscú (2011). Puede ser esta entrada, para muchos, una introducción a la acaso desconocida poesía Rusa en España. Os invito a conocerla en las sucesivas entradas que llevaremos a cabo en nuestro blog. 
Ofrecemos ahora, inicialmente, el primer poema que abre la selección de Joaquín Torquemada, solamente en español, más adelante iremos introduciendo este y otros poemas en versión bilingüe para los interesados en contrastar original y traducción. Sirva pues este post de introducción y aperitivo a las posteriores entradas que iremos introduciendo en nuestro blog Ancile. Saboreen la delicia del arte por el arte en los versos harto delicados y preciosos y preciosistas del gran Afanasi Fet.





Afanasi Fet: o ese sonido alado, Ancile







CUANDO, TRAS LA FRONTERA

DE LOS DÍAS VIVIDOS












CUANDO, tras la frontera de los días vividos,
te vuelva yo a soñar entre niebla perdida,
de gozo lloraré, como el primer judío
al linde de la tierra prometida.


Juegos, sueños de infancia que ya no dan dolor,
que tú hiciste a la vez tan dulces y cruentos
al darme cuenta yo de mi primer amor
por unos agitados sentimientos,


y el brillo de tus ojos, y el calor de tus manos,
con risas y suspiros sonado en armonía,
palabras sin sentir y algunos dichos vanos,
como esos de pasiones encendidas.




 Afanasi Fet (1844)






Afanasi Fet: o ese sonido alado, Ancile

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